Al inicio de la reunión de la Junta Directiva Nacional, cuando las cámaras aún no podían tomar imágenes, Mariano Rajoy explicó a los integrantes el procedimiento, y aseguró que al término tanto de la intervención de María Dolores de Cospedal como de la suya se abriría un turno de réplica. Había mucha expectación por comprobar si los barones autonómicos, que tras los malos resultados electorales en Andalucía habían mostrado su preocupación, decidían tomar la palabra ante el líder del PP.
Antes de Rajoy, se dirigieron a la Junta tanto Carlos Floriano -en calidad de director de campaña- como Cospedal. Fueron dos discursos largos y prolijos, centrados en el elogio a la gestión del Gobierno. Al término de la secretaria general, el propio Rajoy preguntó si alguien quería hablar, pero no hubo quién levantara la mano, según la versión de varios asistentes.
Llegó el turno de Rajoy y, al concluir, los más de 500 miembros de la Junta Directiva se pusieron en pie para ovacionarle. A partir de entonces, todo transcurre "muy rápido", según constatan todas las fuentes consultadas. Cuestión de segundos.
Según la versión oficial -corroborada por algunos barones, en conversación informal-, tras los aplausos y nada más terminar, el presidente vuelve a preguntar si alguien quiere decir algo. Los asistentes se sientan. Rajoy, que deja el atril central y también ocupa su silla, escruta la primera fila, en la que están los primeros líderes regionales. Pero estos deciden no hablar. Instantes después, la reunión ya había finalizado.
Tal y como avanzó este diario el mismo martes por la tarde, algunos dirigentes entendieron que no se les dio opción a preguntar. Cayetana Álvarez de Toledo escribe este miércoles un artículo en El Mundo en este sentido. Según este sector, tras la ovación al líder, la cabecera de la Junta Directiva -compuesta por Rajoy y la dirección nacional- se levantó poco después y dio por terminado el despacho. "Concluyó de forma abrupta", según la queja de Álvarez de Toledo.
"Todo fue cuestión de segundos, puede que Cayetana no se enterara", es la respuesta que da Génova, que recalca que tiene los audios -que no hace públicos-. Según dirigentes situados en las primeras filas, Rajoy sí dio opción a preguntar y, al ver que nadie alzaba la mano, los propios integrantes se empezaron a levantar. Pero, reconocen, todo fue muy rápido. "Fue una reunión muy larga, entendimos que nadie iba a preguntar y nos fuimos", según un alto cargo del partido.