Mariano Rajoy se reafirma en su hoja de ruta. Tras una difícil semana para el PP, en la que los barones se alejaron al tiempo que parecían resurgir las voces críticas, el presidente reconoció que "es evidente que se deben corregir cosas" para, a renglón seguido, defender su proceder político durante esta legislatura. "Esto no es noticia, es actividad interna del partido", llegó a decir en su primera rueda de prensa tras el batacazo electoral andaluz, en presencia de Donald Tusk, su aliado y máximo responsable del Consejo Europeo.
El líder popular se sacudió las críticas y rechazó que se negara a hacer autocrítica en el Comité Ejecutivo del pasado lunes 23. De hecho, por dos veces, quiso insistir en que ya entonces aseguró que los resultados en Andalucía no fueron buenos. Si bien, tal y como adelantó este diario, la sensación que le quedó a los integrantes del órgano interno es que no había hecho ningún análisis crítico. Y fue a raíz de ello cuando se recrudecieron las quejas, que fueron a más con el paso de los días ante su silencio.
Ahora, más de una semana después, Rajoy confesó errores. "Hay que hacer un esfuerzo para que eso pueda mejorar en el futuro", destacó ante la insistencia de los informadores. "En realidad", argumentó, "es bueno constantemente tomar decisiones para mejorar en el futuro". "Hay que trabajar con más intensidad si cabe y explicarle las cosas al conjunto de los ciudadanos", dijo en otro momento de su intervención junto a Tusk.
Así, Rajoy tuvo que admitir públicamente el peor de los escenarios posibles en Andalucía y que falló la comunicación, pero en el fondo se ratificó y dio a entender que hay que seguir por la senda que él mismo ha marcado. "Los resultados son un gran estímulo para seguir trabajando", y la economía manda. "Hemos dedicado más de la primera parte de la legislatura a superar la crisis económica, y no fue fácil", se reivindicó una vez más.
Y sacó pecho de gestión. "Hoy hemos conseguido que algunas cosas sean percibidas por la gente", en relación a la batería de indicadores que apuntan a que la economía patria está mejorando. El sábado pasado, Libertad Digital desveló que los datos de empleo relativos a los meses de marzo -se conocerán el día 6- y de abril serán "francamente buenos". Esto es, antes de los comicios de mayo. "Podríamos hablar de que son históricos, que dejan claro que la crisis ha quedado atrás", en voz de un alto cargo del Ejecutivo.
Rajoy se agarró a esta mejora y avisó al PP de que la receta electoral es la economía por encima de cualquier otra cosa. "El gran objetivo, después de superar la crisis, es que llegue a la totalidad de los españoles", y a ello se va a dedicar el Gobierno y él personalmente. "A partir de ahí, hay que corregir y trabajar con mayor intensidad", incluyó a modo de autocrítica, pero dejando claro que está convencido de que, con la bandera la economía, logrará dar la vuelta a las encuestas manteniendo a su partido en la principal fuerza política del país.
Por último, mandó un recado a barones autonómicos y locales, que en los últimos días deslizaron que querían hacer una campaña electoral al margen de la dirección nacional y del propio Rajoy. "Me he volcado en todas las campañas y también lo haré en esta", zanjó tratando de cerrar debates. Recordó que lo ha hecho en toda su historia en el PP, incluso antes de que fuera líder del partido. Un miembro de la cúpula admitía que, aunque las estructuras regionales intentaran otra cosa, no hay margen de maniobra: "Dar la imagen de que no se quiere al presidente sería una catástrofe".
Si bien, en el partido siguen lanzando avisos de alarma. La mayoría absoluta parece hoy más difícil que nunca, la marca PP "hace daño" y Rajoy no ha logrado el compromiso del PSOE de que vaya a respetar la fuerza más votada -preguntado por este extremo, no quiso responder-. "A partir de ahora, todo el partido está unido para tratar de ganar", proclaman en Génova, conscientes de que se la juegan. Los sondeos internos auguran la irrupción de Ciudadanos en los gobiernos locales y autonómicos de prácticamente toda España.
El próximo martes 7, el presidente ha convocado la Junta Directiva Nacional, que es el máximo órgano entre congresos y reúne a cientos de cargos de todas las estructuras. Una decisión que ya ha generado un enorme revuelo interno por lo inusual. Rajoy podría optar por que su discurso sea "en abierto" a los medios de comunicación para evitar las filtraciones y que haya "lecturas interesadas".