El último mensaje de campaña fue dirigido a los indecisos. Un grito casi desesperado para convertir las encuestas en papel mojado y dar la sorpresa el próximo domingo. Con las voces ya tocadas -Juan Ignacio Zoido, el alcalde de Sevilla, estaba prácticamente afónico- y ojeras pronunciadas, los populares andaluces apelaron a los sentimientos para que los vacilantes acaben metiendo la papeleta azul en la urna. Se acogen a que "todo está muy abierto" para no dar la batalla por perdida, pese a que algunos cargos bajan la cabeza preguntados por su pronóstico.
rnrnEl domingo, Juan Manuel Moreno seguirá el desarrollo de la noche electoral en un hotel de la capital andaluza y no en la sede regional, en la que en mayo de 2012 un cabizbajo y emocionado Javier Arenas salía al balcón para reconocer que no había logrado la mayoría absoluta. Hoy, el PP está lejos de esos resultados. Mariano Rajoy, su Gobierno y la dirección nacional se han volcado en la campaña, pero los sondeos han dibujado un imparable ascenso de Ciudadanos. Y los temores han ido a más día tras día, aunque el candidato insista en que el ambiente en las calles es completamente distinto.
rnrn"Por lo menos ha conseguido hacerse con el partido y le ha servido para que Andalucía sepa quién es. Los debates nos han ayudado mucho", en voz de alguien muy próximo a Moreno. Esto es, pese a dar por ganados los debates electorales, dejaba bien abierta la puerta a un fracaso en las urnas el 22 de marzo. Los más optimistas, y no son mayoría, hablan de un PSOE en caída, un PP a un puñado de votos y un Podemos y Ciudadanos que entran en el Parlamento autonómico, pero no arrasan. Si estos aciertan, los muebles quedarían salvados.
rnrnDirectamente desde Bruselas, Rajoy se trasladó a la capital hispalense para hacerse la foto con su candidato en el mismo congreso en el que fue elegido líder del PP andaluz -en marzo de 2014- tras una agria crisis interna. María Dolores de Cospedal, implicada en la pelea de despachos, se sumó a la foto de unidad. Pero, en la capital comunitaria, el presidente quiso recalcar que lo que ocurra en Andalucía no será extrapolable al resto de comicios. El lunes, tal y como avanzó este diario, ha convocado al Comité Ejecutivo para dirigirse a los suyos y marcar la hoja de ruta.
rnrnA Moreno, Rajoy le agradeció su "extraordinaria" campaña. Más de 3.000 kilómetros semanales y muchos sacrificios, destaca su entorno. Aunque, antes de los elogios, llegó el recado a quienes están dubitativos en víspera de la jornada de reflexión. Llamó a no perder "el tren de la Historia" votando a cualquier otra formación que no sea el PP. Lo repitió una y otra vez: "Hay una gran competencia, entre muchos, para ver quién es la muleta del PSOE", avisó, citando expresamente a Ciudadanos, Podemos o Izquierda Unidad.
rnrnLos estrategas del partido reconocen que Ciudadanos es la gran amenaza. Y Rajoy no se fue por las ramas. "La única opción es el PP", destacó una y otra vez mientras el auditorio -unas 3.000 personas que abarrotaron el FIBE sevillano- abucheaba cuando mentaba a los emergentes. "Votar otra cosa es eternizar al PSOE", continuó, advirtiendo de que sin Moreno como presidente la recuperación económica no está asegurada.
rnrn"¡Estamos a una urna del cambio!", sentenció el presidente, no sin reclamar que no se "dilapide ni un solo voto" el próximo domingo. Un emocionado Moreno, que se abrazaba a su mujer Manuela Villena, recogía el testigo para pedir una primavera distinta para la región, en la que el PSOE quede desalojado del Palacio de San Telmo. "A partir del domingo, vamos a abrir Andalucía y quitar los candados que impiden el progreso de esta tierra", prometió con vehemencia, mientras los suyos le aclamaban al grito de "presidente".
rnrnA partir de las seis de la tarde del domingo, Rajoy y Moreno empezarán a recibir los datos de las encuestas que realizarán en los accesos de los colegios electorales. "Todos los que confiaron en nosotros hace tres años tienen que volver a hacerlo. No estamos para enjuagues ni para bisagristas", remató el presidente. El candidato cree que ha ido "de menos a más" en la campaña, pero en el PP se preguntan si ha sido suficiente. El candidato, con los ojos enrojecidos, pidió llenar las urnas con votos de su partido. Pero las dudas, hasta el final, se mantienen.
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