Las encuestas son papel mojado a ojos del Partido Popular. Creen que el margen de error es tan elevado que son una herramienta de trabajo, sí, pero mucho menos fiable que en otras campañas. "Todo está muy abierto", transmiten los estrategas de la formación. Pese a ello, pocos en la dirección nacional y regional disimulan su temor ante el ascenso de Ciudadanos según los sondeos, principalmente en las grandes urbes. También el de Podemos, aunque el trasvase de votos es muchísimo menor. Y de ahí que se haya endurecido el tono y el fondo del ataque.
Para intentar vincular el cambio exclusivamente al PP, Mariano Rajoy se puso al frente de la caravana electoral en el ecuador de la campaña. Echó el resto, como gusta decir internamente. Primero en Córdoba, calculando sus palabras al participar en un foro de autónomos y emprendedores al que acudía en calidad de presidente del Gobierno. Frente a "distracciones, componendas, historias, rumores y cotilleos", sacó pecho de gestión económica y prometió 500.000 empleos anuales. En Granada, ya en un mitin al uso, fue mucho más claro en su aviso sobre Albert Rivera: "Mucho cuidado con los que tienen conejos en la chistera, ¡no tienen nada!", proclamó a modo de resumen.
Antes, Juan Manuel Moreno, el candidato del PP, entraba en materia y acusaba directamente a Rivera de entablar contactos con Susana Díaz de cara a un hipotético acuerdo postelectoral. "Ya se empieza a negociar un posible pacto de Gobierno", avisó Moreno, no sin recordar que Rivera -"dirigente político de uno de los partidos emergentes", según sus palabras- ya le ha puesto a la presidenta de la Junta condiciones. "La primera, que dimitan los señores Chaves y Griñán", expuso como advertencia a su votante indeciso.
Los populares creen que si transmiten la idea de que el partido de Rivera se acerca al PSOE, los suyos acabarán metiendo la papeleta azul en la urna. "Aquí sólo vale un voto claro y nítido, que es el del PP. Aquél que quiera que la sanidad y la educación funcione, que vote al PP", exclamó Moreno. Carlos Rojas, otro alto cargo del partido, insistió en vincular a Ciudadanos con el PSOE: "Su candidato en Granada fue durante muchos años senador socialista".
Rajoy: "Hay que tener mucho cuidado"
El presidente no se quedó atrás. El PP o el caos, fue de nuevo el resumen. Pero poniendo especial acento en lo que representa Ciudadanos, pese a no mentar a Rivera. "Hay que tener mucho cuidado", utilizó como latiguillo, también contra Podemos. "Hay que tener cuidado con aquellos que dicen que todo se arregla con un chasquido de dedos, con aquellos que van en contra de todo pero no están a favor de nada, con los que no han gestionado nunca o se proclaman poseedores de grandes soluciones instantáneas", argumentó enérgico.
"Eso no existe amigos y amigas, eso no existe", sentenció ante un auditorio también venido arriba -según la organización, más de 3.500 personas, muchas de ellas de pie, en los accesos-. "Tienes dos cojones", le llegaron a gritar a Rajoy. Él continuó pidiendo "mucho cuidado" porque "gobernar es muy difícil y predicar no lo es tanto". Y remató: "Nosotros somos el cambio en Andalucía, el único cambio. Los demás, unos cuantos, todos esos, están en una carrera a ver a ver quién es el bisagrista". Esto es, de nuevo volvió a vincular a Ciudadanos con el PSOE.
Así, el presidente elevó el tono y se echó encima la campaña, que encara su recta final. Este domingo estará en Almería y su equipo le ha organizado otro acto -que no estaba previsto- el martes en Málaga. También acudirá al cierre de campaña, que se celebrará en Sevilla. "La historia del país demuestra una cosa: PSOE y creación de empleo son incompatibles", destacó sobre Díaz. Y con ella, aseguran en el PP, ya está hablando Rivera. "No podemos volver a las recetas que han fallado, no podemos volver a lo que no ha funcionado. No tiene ningún sentido", remató un Rajoy más mitinero que nunca.