La relación entre la Moncloa y José Luis Rodríguez se vuelve cada vez más fría. El motivo: su agenda internacional, que hasta hace meses no había supuesto ningún problema, pero que ahora se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el Gobierno. Tras hacerse una foto con Raúl Castro en La Habana sin autorización y después volar a Bolivia, el expresidente se traslada ahora al Sáhara Occidental, bajo control de Marruecos.
Zapatero "debe conocer o se presupone que debe conocer las implicaciones de distinta índole que tienen viajes de esta naturaleza", censuró Soraya Sáenz de Santamaría, al término del Consejo de Ministros. José Manuel García-Margallo, jefe de la diplomacia española, también ha transmitido su malestar por el trayecto. En concreto, el que fuera jefe del Gobierno participa en el Foro Crans Montana, organizado por una ONG suiza en la ciudad de Dajla, que los saharauis consideran zona ocupada. Según El Mundo, los primeros en confirmar su asistencia fueron los organizadores y la agencia de prensa oficial marroquí (MAP).
Así, la vicepresidenta evidenció que, en este caso, el desplazamiento en ningún caso se debería de haber producido. "Debe conocer perfectamente cuál es la situación" y "eso "debería llevar en el ánimo de todos abordar estos asuntos con la debida prudencia", insistió ante las preguntas de los periodistas.
Pese a ser un viaje "particular y propio", al Ejecutivo no se les escapa que la foto ya está siendo utilizada por el reino de Marruecos y afecta a la política exterior de España. Ya ocurrió con su desplazamiento no anunciado a Cuba, y que provocó la irritación gubernamental.
Por ello, Santamaría avisó a Zapatero de que "antes" debería de haber valorado "las implicaciones" del trayecto. Más aún, cuando "quién ha pasado por el Gobierno debe conocer perfectamente el contencioso". "Es una irresponsabilidad y, encima, reiterada. Si cosas así las hubiera hecho Aznar, no quiero pensar lo que nos hubieran montado", en voz de un alto cargo del Ejecutivo.
"Da la sensación de que Zapatero intenta sacar la cabeza haciendo viajes o tomando decisiones", en palabras de Rafael Hernando, encargado de hacer constar el enfado del PP.
Rajoy pide libertad para Venezuela
En paralelo, Mariano Rajoy ofreció una imagen bien distinta en política internacional. Recibió en la sede nacional de su partido a Mitzy Capriles, esposa del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, detenido el pasado 19 de febrero y recluido en una cárcel militar.
A través de un comunicado, el presidente mostró su preocupación "por el deterioro de la situación" en Venezuela e instó a la liberación inmediata de Ledezma junto a Leopoldo López, Daniel Ceballos y "todos los miembros de la oposición y estudiantes detenidos por ejercer su derecho fundamental a la libertad de expresión y a manifestarse pacíficamente".
Capriles ha sido recibido en los últimos días por los principales dirigentes del partido en el Gobierno: desde José María Aznar a María Dolores de Cospedal pasando por Esperanza Aguirre.