Se ha puesto un parche hasta las elecciones autonómicas y locales de mayo. Después, se abrirá la veda y la batalla por el poder interno del PP de Madrid podría recrudecerse. Las preguntas clave son: ¿Qué ha pasado en las últimas horas? ¿Qué puede ocurrir de aquí a la cita con las urnas? y ¿Qué pasará después?
¿Qué ha sucedido? El viernes, a última hora de la tarde, Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre llegaban a un acuerdo: ella será la candidata al ayuntamiento pero, si consigue ganar, no optará a la reelección como presidenta del PP de Madrid. El acuerdo fue fruto de una intensa negociación previa, en la que la dirección nacional buscó que Aguirre cediera el control de las listas y el programa y aceptara desde ya una gestora. Ella se negó en rotundo y, finalmente, selló la paz con el líder nacional.
Todo ello acabó apareciendo en los medios de comunicación el domingo, vía filtraciones interesadas y parciales. Y estalló la crisis. "Nos estamos volviendo locos", en voz de un histórico del PP. Las partes en conflicto reconocen el bochorno y la mala imagen un momento en el que se juegan mucho, pero se culpan mutuamente. La dirección nacional llegó a decir que "nunca" planteó una gestora, y Aguirre aseguró públicamente que sí. Tras contactos al más alto nivel, se intentó reconducir la dirección: Génova emitió un comunicado diciendo que, si gana, Aguirre se dedicará "en exclusiva" al consistorio, y la protagonista asumió este compromiso no sin recordar que nunca un primer edil de Madrid ha sido también presidente. De nuevo, paz, aún endeble.
¿Qué puede pasar de aquí a las elecciones? Que cada una de las partes no haya entendido sus cuotas de poder, y quiera entrometerse. Aguirre admite que no optará a la reelección si es alcaldesa, pero entiende que ahora tiene las manos libres para confeccionar las listas municipal y autonómica. Y esto es importantísimo de cara al venidero congreso regional, pues te permite situar a personas de tu confianza. "Las candidaturas son cosa del PP de Madrid", zanja con rotundidad su entorno.
En efecto, con los estatutos en la mano -en concreto, conforme a lo dispuesto en el artículo 49.2-, Génova no tiene en esto potestad, ya que el Comité Electoral Nacional decide a los líderes regionales y a los candidatos a capitales de provincia. En otras palabras, "quién concurra por Pozuelo o por Alcorcón lo decide Aguirre", y en el PP nacional son conscientes de que gran parte de su poder interno reside en estos alcaldes.
Para evitar intromisiones, Aguirre se ha adelantado y ya ha empezado con los nombramientos. Salvador Victoria reunió este lunes al Comité Electoral regional y designó a los 10 primeros candidatos, por ejemplo en Alcobendas, Alcalá de Henares o Coslada. Sin embargo, la dirección nacional intentará influir en la toma de decisiones. "Algo tendremos que decir", sugieren. Y esto podría provocar momentos de conflicto, en tanto en cuanto se reconoce que hoy el PP de Madrid es "una isla" en la que Aguirre lo controla prácticamente todo. Cristina Cifuentes, la candidata a la Comunidad, está en el comité de dirección regional, pero en un cargo que denominan de segunda, y quiere más relieve interno.
El programa también puede generar quebraderos de cabeza. En teoría, Aguirre tiene cierta autonomía siempre y cuando acepte "lo troncal" del ideario del Partido Popular. Si bien, el PP de Madrid recalca que "no necesita el sí de la dirección para hacerlo". Lo mollar, en todo caso, son las listas. "Supongo que sí podría haber problemas. Lo importante es que se solucionen, como ha pasado siempre, en privado. No podemos permitirnos más escándalos bochornosos", en voz de un actor clave.
Y, por último, ¿cómo quedará todo tras las elecciones? Para empezar, variará mucho dependiendo del resultado de Aguirre en las urnas. Si pierde, se da por descontado que Rajoy no tendrá contemplaciones y se acelerarán los acontecimientos. Esto es, será apartada de la presidencia del PP de Madrid. En Génova se llegó a sugerir que ella "dejará la política", aunque en Telecinco replicó que seguiría en la oposición en caso de perder.
Habrá más juego político si la candidata gana y consigue gobernar. Ante Rajoy, Aguirre se comprometió a no repetir -lleva en el puesto desde 2004-, pero antes habría que convocar un congreso -que en principio, se celebra cada cuatro años, y el último fue en abril de 2012- y ver "qué candidatos se presentan". Y ahí reside otro aspecto decisivo: "¿Quién dice que Aguirre no pueda jugar sus cartas e intentar colocar a un candidato o a su gente en la dirección? Si consigue ganar, con todas las encuestas en contra, todo el mundo tendrá que reconocerle la gesta", según un diputado autonómico.
Importante será también comprobar los resultados electorales de Cifuentes, y en qué lado se sitúa. A nadie se le escapa que, en principio, ella está llamada a ser la nueva líder del PP regional. Y, en su primera declaración pública, rechazó entrar en "rivalidades" y "debates internos". "Dos no pelean si uno no quiere", llegó a responder a los periodistas. Según Aguirre, está contenta con el tándem y "harta" de las filtraciones.
Dirigentes próximos Aguirre aseguran que, si consigue dirigir las listas electorales y gobernar, tendrá "mucho que decir" en el congreso aunque se haya comprometido a dar un paso atrás. En Génova se preparan para posibles maniobras, pero partiendo de la base de que la intención de Rajoy es recuperar el control del PP de Madrid, donde hoy vale más la palabra de Aguirre que de la suya.
En todo caso, "lo importante ahora es ganar", y la dirección sigue convencida de que sólo con Aguirre serán capaz de recuperar al votante histórico, que amaga con quedarse en casa o votar a Ciudadanos. Y ella ya está en campaña: asegura que no pisará Cibeles porque no quiere un ayuntamiento "megalómano" y bajará los impuestos a los madrileños. Rajoy, de nuevo desde Guatemala, intentó dar por cerrada la crisis: "Ya estamos en el futuro", esquivó cuando la pregunta era sobre Ignacio González. Y remató: "Tenemos dos magníficas candidatas que salen con el ánimo de ganar".