Viernes, cuatro de la tarde. Hasta entonces, Esperanza Aguirre podía tener la intuición de que iba a ser la candidata, pero nadie se lo había confirmado oficialmente. Recibe la llamada de María Dolores de Cospedal: es la elegida. Pero le impone unas condiciones durísimas: dejar la presidencia del PP de Madrid en manos de una gestora y que la dirección nacional se encargara tanto del programa como de las listas electorales. Ése era el mandato del presidente.
Aguirre se negó en rotundo al intercambio de cromos y apeló a los estatutos del partido. Bastante que tuviera que tragar con el sacrificio político de Ignacio González, su mano derecha durante tantos años. "Esperanza dice que no", transmitieron al presidente mientras el Comité Electoral Nacional -reunido desde las doce de la mañana- aguardaba las órdenes con impaciencia.
Rajoy es consciente desde hace meses de que, sólo con Aguirre, el PP será capaz de recuperar a su votante histórico, muy descontento y que amaga con quedarse en casa o votar a Ciudadanos. Pero no quería hacerle candidata a cambio de nada. A sus ojos, la estructura de Madrid es una "isla" en la que la palabra de Aguirre vale más que la suya. Tanto, que no pocos alcaldes no dudarían, en caso de conflicto, en arropar a su líder autonómica frente a él. Eso siempre le ha preocupado y enfadado; y ahora veía la oportunidad perfecta para intentar obtener el control.
"Alto y claro. Si me ponen una gestora, no soy candidata", destacó Aguirre en la Cadena Cope el domingo, después de que dos periódicos de tirada nacional -El Mundo y ABC- dieran por hecho que Rajoy había logrado su objetivo. "Es rotundamente falso, una mentira más. Después de la campaña contra González, ahora van contra su candidata. Es de locos", según el entorno de Aguirre, que vio detrás de la filtración "interesada" al núcleo duro del presidente.
La negociación del viernes
Volviendo al viernes, durante toda la tarde, se sucedieron las llamadas de teléfono. El presidente quería desatascar la cuestión de Madrid porque la situación se había vuelto tan inestable que le inquietaba no poder controlarla. Cospedal le avisó, según la versión del PP de Madrid, de que Aguirre no aceptaba sus requerimientos. Poco después de las siete, el propio Rajoy se ponía en contacto con la lideresa para decirle que, pese a todo, era la opción elegida.
Rajoy estaba entonces en Jerez para participar en un mitin de la campaña andaluza y, entre medias, reconocía a los periodistas que la cuestión todavía no estaba cerrada. Se creyó que jugaba al despiste, pero la negociación aún a esas horas continuaba. Finalmente, a las ocho, el Comité Electoral daba los nombres. Aguirre, pese a hablar previamente con el jefe del PP, no creyó que era la candidata hasta que leyó el comunicado.
¿Qué acordaron Rajoy y Aguirre? Según un comunicado de Génova, remitido este domingo pasadas las tres de la tarde, que ella "dejaría la presidencia del PP de Madrid" si logra la alcaldía de la capital. "En la nota de prensa del PP está la verdad de la situación", trató de dar por resuelta la crisis Rajoy desde Antigua, Guatemala. Esta versión casa más con la deslizada por la propia candidata en la Cope, donde dijo que si logra ganar es "muy probable" que no se presente a la reelección. Eso sí, la designación se llevaría a cabo, como mandan los estatutos, a través de un congreso.
Entrevista explosiva
Claro que, una vez saltó la respuesta oficial de Génova a los medios, reiterada por Rajoy a primera hora de la noche, la propia Aguirre ya había desvelado las entrañas de la negociación. Lo habría mantenido todo en secreto, pero se indignó al ver lo publicado en los citados periódicos. Su entorno fue claro: "Se enturbia" el ambiente "con mentiras", sea Génova o Moncloa. Y ella salió a la palestra para dar su versión de los hechos: "No soy un monigote", zanjó con contundencia. En otras palabras, si Rajoy impusiera una gestora, ella daría un paso atrás, y la crisis sería enorme.
Aguirre tampoco acepta un pilotaje del programa o las listas, como advirtió a Cospedal. En Cope, se refirió en concreto a Manolo Cobo y a Javier Arenas, encargados junto a Carlos Floriano de estas cuestiones en Génova, para avisar de que no consentirá intromisiones. En caso de ser necesario, varios e importantes alcaldes de la comunidad saldrán a defender la autonomía de Aguirre, según constató este diario. "Si me quieren poner de candidata, no puedo salir por la puerta de atrás de la presidencia del partido. ¿Pero esto qué es?", afirmó Aguirre.
"Que pongan una gestora mañana si quieren, y en ese momento que busquen a otro candidato, porque yo no me voy a presentar como candidata para que el programa lo hagan otras personas con las que yo no coincido, y la lista electoral otro tanto", resumió con enfado. Este lunes, en teoría, tendría que haber Comité de Dirección en Génova-presidido por Cospedal- y después rueda de prensa, pero no está en agenda. Hace semanas que no comparece la secretaria general. "Estamos dando una imagen patética. Como sigamos así, arrasa Ciudadanos", en voz de un importante parlamentario autonómico.
Rajoy: "Está zanjado"
Con el comunicado, Génova intentó parar la hemorragia. "Nunca había visto algo así", admitió un destacado dirigente del partido. Desde Guatemala, Rajoy y su equipo reiteraron que ya está todo solucionado, que "no hay ningún problema", y que sería "una barbaridad" apartar ahora a Aguirre. Cristina Cifuentes, la candidata a la comunidad, todavía no ha hablado, pero quiere ganar más presencia en la dirección regional porque su cargo "es de segunda", según se quejan algunos populares.
Para la dirección, todo cambiará "sí o sí" tras las elecciones. Si Aguirre pierde, la limpia se da por descontada. Pero si gana, habrá partido interno y, de nuevo, mucha negociación. Porque, aunque finalmente deje la presidencia, pesará su gesta electoral y seguirá teniendo detrás el respaldo sin titubeos de una parte del PP de Madrid. "El tema está zanjado", por ahora, según Rajoy.