La vida interna del partido se enturbia todavía más. Desde hace algunas semanas, se escuchan determinados comentarios en círculos próximos a Mariano Rajoy. Y todos relacionados con Ignacio González, que desde el primer momento proclamó su deseo de ser candidato e instó a que se tomara una decisión lo antes posible para poner la maquinaria electoral en marcha. "Fuego amigo", resumen distintos cargos de la formación, para "derribar" su candidatura.
Las coletillas que se incluyen a la pregunta de si González tiene opciones para ser candidato a la Comunidad de Madrid han sido diversas. Desde "hay temas personales que tiene que resolver" al más contundente "hay que esperar a lo que dice la Justicia". Y ello unido -según deslizan- a que al presidente "no le gusta especialmente" el tándem Esperanza Aguirre en el Ayuntamiento y él, su otrora mano derecha pero que ha buscado siempre autonomía, en la Puerta del Sol.
Así, en pocos días, se pasó de dar por segura la opción González -que cuentan con el plácet de María Dolores de Cospedal, con la que desde siempre mantiene buenas relaciones- a ponerla en cuarentena. Más aún, algunos cargos -tanto en la Moncloa como en Génova- parecían querer torpedearla. Y, en paralelo, empezaron a sucederse una serie de portadas en los diarios El País y El Mundo que han puesto a González en la diana.
"Fuego amigo", reiteraban quienes otean la guerra política madrileña con perspectiva. "Primero se empieza a sugerir que lo de González ya no es seguro y que tiene cosas que resolver" y, al mismo tiempo, "El País y El Mundo se reparten portadas contra él", fue el reciente análisis de un veterano del partido. En la asamblea de la Comunidad ésa es la tesis más frecuente y en el PP madrileño algunos rostros dejan entrever más que las propias palabras. "Algo huele mal".
Este lunes se vivió un punto de inflexión. De nuevo, el ático de Marbella. González cancelaba su agenda pública y convocaba una rueda de prensa extraordinaria a las 12.30 de la mañana. Arreciaban los rumores. "Va a defenderse", escribían por SMS los suyos queriendo alejar fantasmas. Ante los medios -contestó todas las preguntas de los informadores, y algunos repitieron-, se declaró víctima de un chantaje policial, y recalcó: "lo único que hace es reafirmarme todavía más en trabajar por los madrileños". Esto es, no retirará su candidatura.
El presidente madrileño dio a entender que "hay quién está intentado pescar en río revuelto", pero se centró en desmentir las informaciones aparecidas. "Todo es falso", repitió en varias ocasiones. Y de ahí que no crea que debe dar un paso atrás, como muchos en Moncloa y Génova sugieren en privado. No quiso mandar ningún "mensaje" a Rajoy, pero insistió en que quiere ser el cabeza de cartel por la comunidad.
González se puso en contacto con el ministerio del Interior antes de la comparecencia. En el PP se opina que hay una operación en su contra, pero él avisó de que se "equivocan radicalmente" si creen que así acabará cediendo. La pelota, quiso enfatizar, está en el tejado de Rajoy. Él es quién decide los candidatos. Y, en principio, el Comité Electoral Nacional podría reunirse a finales de esta semana.
Quienes dicen que González está "amortizado", hablan de posibles recambios. "Gente nueva" como Lucía Figar o Pablo Casado, la nueva estrella emergente de la formación. La semana pasada, en esRadio, Cristina Cifuentes afirmó que aceptará el puesto que Rajoy le diga. Aunque, pese al ruido que va a más, nadie se atreve a descartar "al 100%" a González. Sí parece más seguro que Aguirre será finalmente candidata al consistorio.