Nada cambia en el proceder del presidente para tratar de dar solución a la situación en Cataluña. Escuchará "todas las propuestas" que le lleguen por parte de la Generalidad pero "siempre y cuando no se pretenda liquidar la soberanía nacional". "Voy a defender la unidad de España", aseguró en un Senado utilizado por CiU para acusar al Ejecutivo de antidemocrático por ampararse en la Justicia y no hacer política.
Mariano Rajoy se revolvió en su asiento a pocas horas de que Artur Mas trazara su nueva hoja de ruta. El tono de la discusión en la Cámara Alta fue agrio. A juicio del jefe del Ejecutivo, lo "profundamente antidemocrático" es considerar que "la política es la alternativa a la ley". "Todos tenemos que cumplir la ley", dijo en varias ocasiones. Por su acatamiento, "usted y yo no podemos pactar un referéndum" separatista, por poner un ejemplo.
De igual forma, patrocinó la separación de poderes. Rajoy puso la mano en el fuego: "yo no di ninguna instrucción a la Fiscalía", prometió, instando a preguntar a Eduardo Torres-Dulce si alguien tiene dudas. "Quién garantiza que se cumpla la ley es el poder judicial. Es el abc de la democracia", reiteró. Si algo se quiere cambiar, el presidente enseñó el camino: "puede internar reformar la ley. tiene procedimientos".
En todo caso, Rajoy avisó de que, a ojos del Gobierno, el 9N es "algo contrario a la ley", y se defendió de la críticas recordando que en dos ocasiones presentó recursos ante el Tribunal Constitucional. "Usted no puede hablar en nombre de Cataluña", espetó a Josep Lluís Cleries, el representante de CiU, utilizando las cifras de participación de la propia Generalidad -según las cuales la mayoría decidió no votar-.
La respuesta de Cleríes fue autoinculparse del 9N junto al resto de senadores de CiU, que mostraron un cartel asumiendo esa responsabilidad mientras buena parte de la bancada del PP abucheaba.
Así pues, las posiciones siguen muy encontradas -Moncloa no tiene previsto incluir a corto plazo despacho alguno con Artur Mas- pero Rajoy también se comprometió a seguir auxiliando a Cataluña pese a la deslealtad del Ejecutivo autonómico. "Lo voy a seguir haciendo", destacó citando expresamente el pago a proveedores y pese a que diera por descontado que Mas seguirá tensando la situación. Y remató: "es una muestra de solidaridad que al menos deberían reconocer".