La sección del Sindicato de Periodistas de Cataluña en TV3 ha publicado un texto en su blog en el que se cuestiona la línea editorial de la cadena y, sobre todo, el papel de los propios periodistas de la televisión pública catalana en relación con el actual proceso independentista.
El artículo, del que se hacía eco el blog Barcepundit, tiene el explícito título "Salvemos nuestra profesionalidad" y reflexiona sobre cómo la cercanía del 11 de septiembre ha ido "calentando las informaciones sobre el acontecimiento". Los propios periodistas admiten que "hace tiempo que se traspasó la línea roja que contiene nuestro libro de estilo" y que desautoriza "las informaciones que puedan entenderse como una llamada a la movilización".
El autor del escrito admite que posiblemente y "como pasa en la sociedad" haya en la redacción de TV3 "una mayoría proconsulta o proindependencia", sin embargo, también puntualiza que "como profesionales no podemos engañar a los ciudadanos dándoles propaganda en lugar de información", explica, para rematar asegurando que "todos nos pagan sus impuestos" incluyendo aquellos que no se han registrado para participar en la gran V nacionalista prevista para el jueves 11.
Los periodistas consideran que la "reiteración de informaciones ‘de servicio’ sobre la Diada" que explican aspectos como la forma de llegar, los tramos que falta por cubrir o las entrevistas "por enésima ocasión a los organizadores" del acto se convierten en "llamadas descaradas a la participación".
Una reiteración y una insistencia que los propios periodistas son conscientes que genera un fuerte rechazo, sobre todo entre "los espectadores que no simpatizan con la causa". El artículo asegura que "todo aquel que tenga oídos y lea diarios o redes (sociales) sabe" que las críticas "se multiplican" y "fuera de la burbuja de TV3" el malestar es creciente.
Finalmente, el artículo concluye que, acabe como acabe, si tras el proceso político en marcha en Cataluña "queremos seguir trabajando de periodistas en TVC o en cualquier otro medio" es posible que se hayan ganado "una funesta etiqueta para el resto de nuestra vida profesional".