Mariano Rajoy trató de recuperar la iniciativa política a menos de una semana de la Diada. "Defender la unidad nacional es una obligación de aquellos que tenemos planteamientos similares", afirmó al término de la cumbre de la OTAN, que se ha celebrado en la localidad galesa de Newport. Sólo horas antes, desde Badalona, su número dos en el partido devolvía al primer plano la hipótesis de una gran coalición contra el secesionismo. Un ofrecimiento descartado de plano por Ciudadanos, PSC y Unió y que sólo recibió el visto bueno de UPyD.
La posibilidad de articular un eje constitucionalista contra Artur Mas no es nueva. Desde que la Generalidad planteó su pulso al Estado, las voces instando a la necesidad de llegar a un acuerdo en Cataluña de quienes creen en España han sido una constante. La última, la de Rosa Díez -sin dar detalles- esta misma semana al término de su despacho con Rajoy, que supuso un giro en sus relaciones.
En su día, Albert Rivera reclamó reuniones tanto con Rajoy como con María Dolores de Cospedal para diseñar un "frente común" -ésa fue la expresión utilizada- contra Mas. Entonces, la dirección nacional replicó que su interlocutora era Alicia Sánchez Camacho, la líder del PP catalán. La relación entre Génova y el responsable de Ciudadanos nunca ha sido buena: "no quieren ni sentarse en la mesa a hablar de cómo defender una España plural", se quejaba la secretaria general en un escarceo político por las manifestaciones del Doce de Octubre en Cataluña.
El PP nunca pareció tomarse en serio la posibilidad de alcanzar un acuerdo con otras formaciones en la comunidad, hasta ahora. Cospedal se mostró claramente a favor en la conferencia política celebrada en Badalona y, citando expresamente a los partidos invitados -y siendo Ciudadanos el primero-, llamó a una gran coalición que garantice "la integridad" y "la viabilidad" en Cataluña.
"No puede ser que los que nos quieren llevar al abismo se unan y los que defendemos la moderación y la centralidad y la queremos devolver al Gobierno de Cataluña no nos podamos sentar a hablar y ofrecerle al pueblo de Cataluña la solución a este problema", fue el ofrecimiento. Al acto también asistirán Soraya Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro; dos interlocutores clave con la Generalidad.
El tono de Cospedal fue claramente conciliador. Una propuesta que se hace "generosamente" porque "no se puede seguir en esta barbaridad". Incluso pidió dejar a un lado la "ideología" y evitar la equidistancia: "la ambigüedad conduce a que los radicales crezcan", "no hay nada más importante que podamos hacer que sumar esfuerzos y hacerlo todos juntos".
"Por encima de cualquier interés político y partidista hay que pensar que se trata de Cataluña y España", arguyó ante un auditorio repleto de cargos del PP. "Se trata de hacer todo lo que tengamos que hacer", y de ahí que el PP se declarara "con los brazos abiertos". Sólo minutos después, los invitados se iban descartando, salvo la formación de Díez.
Con la oferta abriendo buena parte de los medios de comunicación en internet, Rajoy hacía un llamamiento a "colaborar juntos" en pro de la unidad territorial, citó la "reconfortanete" coincidencia en el Congreso de los Diputados -donde mayoritariamente se le dijo a Mas que sus pretensiones son ilegales-, pero evitó mojarse del todo. "Se trata de que todo el mundo defienda su posición. Defender la unidad es obligación del presidente y de todos aquellos que tienen planteamiento similares", fue lo más que dijo desde Newport.
"Yo me lo tomo muy en serio"
En todo caso, el presidente dejó clara por enésima vez la posición del Gobierno. "Este asunto es muy serio y desde el día que se anunció la voluntad de convocar el referéndum ya dije con meridiana claridad que no se iba a celebrar porque es ilegal", sentenció. A partir de ahí, exigió a Mas que no juegue a equívocos. "Estar ahora diciendo que si esto es una encuesta, que si es consultiva o no... mire. Yo me lo tomo muy en serio", recalcó.
Las fuentes consultadas en el seno del Ejecutivo y la dirección del PP ven muy poco probable que la gran coalición se materialice. Si bien, matizan, "es bueno que en lo básico nos entendamos". En otras palabras: lo que es España lo decide el conjunto de los ciudadanos. Además, se puso énfasis en el cambio de relaciones con UPyD al tiempo que se quejaron de que Ciudadanos "diga no antes de hablar, que es lo que han pedido desde hace tanto tiempo".
Por último, el presidente rechazó que existan coincidencias entre Escocia y Cataluña, aunque en su día algún miembro del Gobierno quiso ver similitudes: "son dos cosas absolutamente diferentes y sólo coinciden en que cualquiera de los dos se tendría que ir de la UE y de los tratados internacionales, y habría una caída del PIB y de los niveles de bienestar y riqueza del que se separa de enormes proporciones. Todos lo demás es completamente diferente y nada tiene que ver una cosa con otra".