Los líderes autonómicos del PP también están muy pendientes del despacho entre Mariano Rajoy y Artur Mas, que previsiblemente se celebrará la próxima semana en la Moncloa. Más allá del debate público sobre la consulta –que el presidente ha reiterado que no va a permitir que se celebre por ilegal- en las baronías populares preocupa que se pueda alcanzar algún otro tipo de acuerdo no escrito por el que Cataluña se vea más beneficiada que el resto de las comunidades, incluso mediante una reforma de la Constitución.
rnrnCon la solemnidad que otorga las Cortes de Aragón, y en el marco del debate sobre el estado de la región, Luisa Fernanda Rudi lanzó un claro aviso a Rajoy: "no apoyaremos nunca una reforma constitucional que suponga privilegio sobre unas comunidades sobre otras". Y se refirió en concreto a Cataluña para recalcar: "no aprobaremos nunca una reforma que avale modelos que ofrezcan comodidad a Cataluña frente a otras regiones":
rnrnLa advertencia no es baladí ni por quien la hace ni por el contexto, a las puertas del encuentro entre Rajoy y Mas. Uno de los temores más recurrentes -y extendidos- de los barones del PP es que el jefe del Ejecutivo se preste a ofrecer al líder catalán una financiación más ventajosa -que se parezca más al concierto económico del País Vasco- o mayores competencias –la Generalidad insiste en las cuestiones lingüísticas y de cultura-. Y, en línea con Rudi, varios colegas autonómicos no dudaron en reiterar que no consentirán intercambiar "independencia por dinero", como recalcó ya en su día el madrileño Ignacio González.
rnrnAsí, desde Baleares, José Ramón Bauzá avisó de que en este tema no dará su brazo a torcer: "si hay reforma debe ser en base a intereses generales y en ningún caso para atender a necesidades particulares", recalcó en declaraciones a este diario. El extremeño José Antonio Monago va un paso más allá, en línea con lo que ya reclamó en su discurso de Navidad de 2012. Si hay que modificar la Carta Magna, reclama que se haga para "blindar las competencias del Estados, fortalecer la nación y garantizar la solidaridad de las regiones". "Si hay reforma tiene que ser bajo estas tres premisas", insisten desde su Ejecutivo, donde admiten que su propuesta va "en el sentido contrario" a la denominada tercera vía. "Nos opondremos, en esto hemos sido muy claros", sentencian.
rnrnAlberto Núñez Feijóo, cuyo peso en el PP es incontestable, también se mostró en contra de la política "de los reservados" o "a media luz". De hecho, el gallego es uno de los líderes con los discursos más claros en contra Mas. "La crisis no se resuelve a banderazos", le llegó a espetar recientemente. Su equipo asegura que su opinión ante una posible reforma no ha cambiado un milímetro: los cambios, de producirse, no pueden traer aparejados beneficios para la Generalidad catalana.
rnrnEl serio aviso de Rudi y del resto de presidentes se produce después de que el diario El País abriera su portada asegurando que "la tercera vía cobra fuerza en vísperas de la reunión Rajoy-Mas". En el Ejecutivo se muestran escépticos: "primero, Mas tendría que retirar la consulta y, después, tal vez podríamos barajar otras cosas", es lo más que conceden desde el entorno del presidente. Ministros y altos cargos consultados por este diario apuntaron que, a día de hoy, no ven las condiciones necesarias para abrir el melón de la reforma constitucional.
rnrnDe momento, el presidente no entra en ninguna de las posibles vías que se sugieren por parte de Mas. "No puedo entrar en ese juego porque me parece muy poco serio", dijo el miércoles en Bruselas. "No voy a entrar en debates absurdos", llegó a afirmar. Para Rajoy, lo único importante es que "el pueblo español es el que tiene que decidir lo que sea España",. Pero dejó la puerta abierta a hablar de otros temas que no sean la consulta -que, según promete, impedirá-: "hasta que no sepa de qué se me está hablando me tengo que quedar en lo dicho desde el primer momento", recalcó.
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