La dimisión del primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, no ha paliado en nada la crisis que sufre el PSC. El cabeza visible de los críticos, el diputado autonómico Joan Ignasi Elena, ha concretado este fin de semana su baja del partido y su ingreso en la formación de Ernest Margall, paso previo a la aceptación en la "casa gran" de ERC. Elena se ha llevado consigo a sus más fieles, medio centenar de militantes, agrupados bajo la marca "Avancem".
Las diputadas Marina Geli y Núria Ventura y el exalcalde de Gerona, Joaquim Nadal, no han seguido los pasos de Elena, pese a que se sumaron a la rebelión encabezada por Elena y que se saldó con el voto de los tres diputados socialistas a favor de la consulta separatista en el parlamento autonómico y en contra de la consigna de su grupo. Miquel Iceta, el único aspirante por el momento a sustituir a Pere Navarro, ha pactado con Geli y Nadal, quienes ya han mostrado en público su apoyo a Iceta sobre la base de una modificación de la política de Navarro y un acercamiento del PSC a las tesis soberanistas de CiU y ERC. La posición de Elena, en cambio, era insostenible dentro del partido.
Ernest Maragall fue el primero en abandonar el PSC en desacuerdo con la línea impuesta por Navarro contraria al seguidismo respecto al bloque separatista. Con las siglas de "Nova Esquerra Catalana" (NEC), el hermano del expresidente de la Generalidad se aprestó a una travesía en el desierto en la que no le acompañó ningún dirigiente socialista, ni siquiera de mediano relieve. Pero dicha travesía fue breve. ERC integró a NEC en el segundo lugar de la lista europea y Maragall ya es eurodiputado. Además, a partir de ahora podrá decir que su partido es algo más que una plataforma personal. El "desembarco" de Elena abre una nueva vía por la que ERC pretende fagocitar a los socialistas catalanes. La otra, a decir de algunos dirigentes socialistas del cinturón de Barcelona, es la presión de dirigentes como Montserrat Tura, Geli y Nadal (todos exconsejeros de los dos gobiernos tripartitos) para que el PSC se integre en el bloque de CiU, ERC, ICV y las CUP.
El "efecto Colau"
El ruido del debate en el seno del PSC y la falta de una propuesta clara, sea contra o a favor del proceso separatista, han sido las causas de su último batacazo electoral, de la fuga de votos hacia ERC, que también se ha nutrido del electorado de CiU en las pasadas europeas. ERC volvía a ganar unas elecciones por primera vez desde la Segunda República. Los resultados en la ciudad de Barcelona, donde se impuso con claridad a CiU, abrieron el proceso de primarias en la formación republicana para elegir candidato a la alcaldía como si en realidad se fuera a decidir el nombre del futuro primer edil de la capital catalana.
Sólo la irrupción en los últimos días de Ada Colau, que ha presentado una plataforma política que se convertirá en electoral a mediados de septiembre para concurrir a las municipales, ensombrece las perspectivas republicanas. El "partido" de Colau se llama "Guanyem (ganemos) Barcelona" y se presenta como el "Podemos" catalán. Los "ecocomunistas" de ICV han acudido prestos a la llamada de la exactivista antibancaria, que pretende captar también a las CUP en lo que se considera una candidatura imbatible ante el alcalde Trias, sometido a la voluntad de los "okupas".
La reacción de ERC ante Colau ha sido la de sembrar dudas sobre el independentismo de la nueva formación en base a unas declaraciones en las que Colau distinguía entre las elecciones municipales y el proceso separatista. A las pocas horas se vio obligada a matizar sus palabras y no sólo dijo estar a favor de la consulta sino que votaría el doble sí que exigen CiU y ERC.