Durante la pasada legislatura se preguntó insistentemente al Gobierno socialista por la cuestión en el Congreso de los Diputados. Pero, el día después de que Ballesteros admitiera que dio el chivatazo "siguiendo órdenes", el Partido Popular -ahora en el poder- enmudeció y no hizo valoración política alguna sobre la cuestión.
Tan clamoroso fue el silencio que, en privado, algunos diputados de la formación se rasgaron las vestiduras: "Es normal", en voz de un histórico popular, "que los votantes se puedan sentir decepcionados". Y ponía como ejemplo el papel del fiscal, que renunció a acusar a los implicados de colaboración banda armada.
"Nos pueden perdonar que hayamos tomado decisiones difíciles en materia económica, la herencia era envenenada y teníamos que apretarnos el cinturón. Pero puede que no nos perdonen que ahora no busquemos la verdad sobre el chivatazo o que Bolinaga siga en la calle", expuso, también en conversación informal, un importante cargo del PP de Madrid.
Desde que Mariano Rajoy está en la Moncloa, el pronunciamiento público del PP sobre el chivatazo ha disminuido de forma sensible. "Debemos saber lo que ocurrió", destacó María Dolores de Cospedal, en febrero de 2013, cuando el fiscal pidió la apertura de juicio oral. Fue una de las pocas veces. Entonces, se comprometió a que el partido, personado en la causa, defendería esta máxima hasta las últimas consecuencias, si bien este martes pasó de puntillas. Dedicó, según recoge el diario El Mundo, 45 segundos a reclamar la estimación de su recurso.
"No vamos a valorar nada", fue la respuesta oficial de la dirección nacional, en voz de un portavoz autorizado. Prácticamente desde el inicio de la legislatura, la exigencia de explicaciones a Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior entonces, ha desaparecido en boca de cargos del PP. "Parece un enjuague de arriba", deslizaba un parlamentario crítico en esta cuestión, que ofrecía su particular titular: "Hoy ya no es noticia".
El presidente y el líder de la oposición siempre han llevado a gala su colaboración en la lucha contra la banda terrorista ETA.