Mariano Rajoy aún aspira a reconducir la situación. "Desde luego, todos debemos hacer un esfuerzo", afirmó. Constatado el cambio de tendencia en la economía, Cataluña se presenta como el gran problema al que se enfrenta la nación. Incluso los empresarios muestran en privado su alarma y plantean al jefe del Ejecutivo sus temores. El presidente, en el pleno monográfico de este martes, será muy claro en su negativa al "contrato de adhesión" que pide Artur Mas, pero mantendrá abierta la puerta al diálogo, a la negociación.
Los contactos con Alfredo Pérez Rubalcaba han sido los suficientes para constatar que existe sintonía y que en lo esencial están de acuerdo. Así lo transmitirán a dúo en el Congreso de los Diputados. Pero el jefe del Ejecutivo ya piensa en el día después y se buscan fórmulas para tratar de tender puentes con la Generalidad. En las últimas fechas, a Rajoy le llegan peticiones de auxilio de actores clave de la vida catalana -empresarial y política-. Incluso desde sectores de CiU, principalmente sus representantes en la Cámara Baja.
En esas conversaciones, el presidente transmite que quien tiene que rectificar no es él sino Mas, que no estará en las Cortes. "Nosotros no nos hemos movido nunca del mismo sitio", sostienen en su gabinete. Para volver al diálogo, en el Gobierno ven imprescindible que el líder catalán dé un paso atrás y desista de su plan de convocar una consulta. Aunque de momento no ven signo alguno de que vaya a rectificar, lo que obligaría a recurrir al Tribunal Constitucional en el momento de una convocatoria formal.
La preocupación de los empresarios
A un día del pleno, Rajoy participó como cada año en la asamblea del Instituto de Empresa Familiar. Y en este foro, otrora centrado en exclusiva sobre la economía, le preguntaron sobre Cataluña. Es conocido que, en privado, los grandes de este sector le han pedido que se siente con Mas y evite el choque de trenes. Y en este sentido fue la pregunta: "¿Cree usted que la situación creada en Cataluña tiene una solución dialogada que contente a todas las partes?". A lo que el jefe del Ejecutivo respondió: "Yo, sinceramente, espero que sí. No se me ha pasado por la imaginación otra cosa y yo creo que hay que hablar". Es decir, y aunque se lo permite la Constitución, la suspensión de la autonomía sólo llegaría en caso extremo, del que por el momento no quiere ni oír hablar.
Dicho esto, también hay una máxima a tener en cuenta. La expresó el propio Rajoy a los periodistas en conversación informal hace ya bastantes meses: la Historia no le recordará por ser el presidente con el que España se hizo añicos. Partiendo de esta base, el presidente ofrece soluciones. Ante empresarios, citó el modelo de financiación. "Podremos tener nuestros problemas, discutir si el modelo de financiación es mejor o peor", puso encima de la mesa. De hecho, recordó cuando en los años 2002 y 2009 la Generalidad aplaudió los acuerdos alcanzados con el Estado.
"Desde luego, debemos hacer todos un esfuerzo. Creo que debemos de sujetarnos a la ley y que estas cosas se resuelven dialogando y no tomando decisiones unilaterales para después plantearlas a los demás", fue el resumen hecho ante los empresarios. Esto es, tras el debate, quién tiene que mover ficha es Mas. Y, en caso contrario, la única opción que vislumbran en Moncloa es la de las elecciones anticipadas, con el tremendo riesgo de un importante ascenso de ERC.
Todos dan por hecho que Rajoy hablará
Sobre el debate del martes, el jefe del gabinete espera que sea "clarificador". Y avanzó por dónde va a ir su intervención, si finalmente toma la palabra: "Estamos en la nación más antigua de Europa" en la que "hemos hecho muchas cosas juntos". Por supuesto, prestará atención a los lazos afectivos: "Cataluña ha sido muy importante para España, y lo seguirá siendo". Por la integración "va el mundo", remató, dejando claro que no hay opción para la secesión.
Moncloa confirmó hace días que Rajoy estará en el pleno y, según el reglamento, podrá intervenir cuando lo considere oportuno. Ministros y altos cargos consultados dan por hecho que tomará la palabra, tal y como avanzó este diario. Clave han sido los contactos con Rubalcaba y la tesis compartida de que deben de mostrarse unidos ante la amenaza de Mas, aunque después el PSOE haga su propuesta federalista.