María Dolores de Cospedal buscó la reconciliación a una semana del congreso del Partido Popular andaluz. En aras de la tranquilidad interna, confirmó su asistencia al cónclave, que inaugurará como es lo habitual. Y, en relación a Juan Manuel Moreno, afirmó que ella quiere "lo mejor" para la formación, aunque evitó cualquier tipo de elogio. "Hablé con él cuando pude hablar con él, no tiene más misterio", remató en su primera rueda de prensa en cuatro semanas.
Así, la número dos trató de dar por zanjada las turbulencias desatadas por la designación del candidato andaluz. Por supuesto, no asumió como propia la queja de Esperanza Aguirre sobre el "dedo divino" pero tampoco llegó a replicar a la líder del PP de Madrid. "No voy a hacer comentarios de las expresiones de otros", fueron sus palabras.
Cospedal llevó a cabo una intervención muy potente desde el inicio sobre los denominados verificadores y la postura del PSOE en Navarra que, ya de por sí, diluyó en importancia las cuestiones internas. Si bien, abierto el turno de preguntas, se le planteó si a raíz de las presión interna y mediática de las últimas semanas pensó en tirar la toalla. "En clave interna no, en clave mía", afirmó en un primer compás, para rematar: "¿Si yo me había planteado qué? No". Después, en conversación informal, aún añadió que ella no tiene líos con nadie y que la crisis ha sido aumentada por los medios de comunicación.
Por su parte, la secretaria general no se pilló los dedos sobre la elección del cabeza de cartel a las elecciones europeas. Tanto es así que dijo que "seguramente" podría conocerse después del congreso del PPE, que se celebrará en Dublín los días 6 y 7 de marzo. "El detalle" de si se sabrá en el cónclave -como estaba previsto en un principio- "todavía no está resuelto", según ella misma puntualizó.