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Rajoy: "Les garantizo que esta consulta no se celebrará"

Si Mas convoca la consulta, el Gobierno la recurrirá. Con solemnidad, Rajoy prometió que España seguirá unida y pidió "no violentar las leyes".

El presidente promete que no habrá ruptura de España. Esto es, que utilizará todos los instrumentos a su alcance para impedirlo si Artur Mas sigue con su hoja de ruta. Pero cree que el muro del Tribunal Constitucional, que prohibirá la consulta en caso de que se convoque formalmente, será suficiente. La tesis del Gobierno es que entonces el líder catalán cederá en su pulso y anunciará que convoca elecciones plebiscitarias.

Pase lo que pase, se cumplan o no los pronósticos, Mariano Rajoy quiso ser muy claro ante la opinión pública. "Quiero decirles que la consulta es inconstitucional y no se va a celebrar", proclamó. Lo hizo de forma solemne, en presencia de uno de los principales representantes de la UE, y antes del turno de preguntas. "Es radicalmente contrario a la Constitución y a la ley y choca frontalmente con la indisoluble unidad española", expuso con una contundencia que no abandonó durante los tres minutos de su declaración inicial.

El tono del presidente no fue de tensión. Al contrario, quiso transmitir tranquilidad, pero convicción. No sacó a relucir las herramientas a su alcance para parar a Mas, pero sí avanzó que en su afán de diálogo queda vedado negociar los artículos 1 y 2 de la Carta Magna. "El Gobierno que yo presido no puede negociar ni aceptarlo", dijo. La soberanía nacional reside "sólo al conjunto de los españoles, titular único de la soberanía". Esto es, la negociación queda acotada: "Ningún Gobierno puede ceder a lo que le corresponde a los españoles". Y añadió: "Las leyes lo garantizan".

La Abogacía del Estado ya ha recibido la instrucción de recurrir en caso Mas dé el paso, tal y como avanzó este diario. Rajoy cree que con esto será suficiente, pero en caso contrario -si la Generalidad trata de convocar a los catalanes a pesar del portazo del Alto Tribunal- las fuentes gubernamentales recordaron que el artículo 155 permite tomar decisiones drásticas. En concreto, suspender una autonomía "si no cumple las obligaciones de la Carta Magna y otras leyes" o "atenta gravemente contra el interés nacional de España". Este paso llevaría aparejado la destitución del presidente catalán.

"Como presidente he jurado cumplir y hacer cumplir la Constitución. Esta consulta no se celebrará y esta fuera de toda duda, discusión y negociación", prosiguió un Rajoy muy serio y con una respuesta muy preparada, que leyó en varias ocasiones. El jefe del Ejecutivo se dirigió directamente a Mas: "Lamento profundamente las iniciativa que fracturan a la sociedad, alimentan la división y generan incertidumbres", protestó. Y le recordó "el respeto que todos debemos a la ley".

Mas es el máximo representante del Estado en la comunidad, exponen en Moncloa. Una sumisión a la Constitución que utilizó Rajoy para lanzarle un último aviso: "Apelo a su responsabilidad y al compromiso político por él asumido de no violentar las leyes".

A partir de ahí, a preguntas de periodistas elegidos por la Secretaría de Estado de Comunicación, el presidente evitó entrar en hipótesis. Le preguntaron en concreto por el artículo 155, pero él bordeó la cuestión. "No voy a entrar porque mi posición es lo suficientemente clara", fue la excusa. "Es disparatado negociar sobre la soberanía, todo el mundo sabe que eso no es posible y espero que Mas actúe en consecuencia", contestó.

Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, le ayudó a aclarar a los catalanes que les espera el aislamiento en caso de ruptura: si una región deja de ser parte de un Estado "los tratados no se aplicarán a ese territorio", explicó. "Sería un tercer país", y tendría que enfrentarse a un proceso de adhesión en el que existe derecho a veto. Eso sí, "confío en que España seguirá siendo un país unido", recalcó, recibiendo las gracias de Rajoy.

Ahora, el presidente se mantendrá la espera. Por supuesto, el diálogo no queda roto, pero sí acotado. Desde el Gobierno se aclara que se seguirá ayudando a Cataluña en materia económica. "Son parte de España y como tal se le ayudará como a cualquier otra comunidad", adujo un ministro en conversación informal. ¿Qué va a hacer Mas? "Con franqueza, no lo sé. Hace unos años no nos hubiéramos imaginado que llegaríamos hasta aquí. Ahora estamos aquí. Lo importante es que los catalanes sepan que van hacia ninguna parte, que no hay final para esto", dicen en privado.

Rajoy, ante los españoles y el resto del mundo, quiso lanzar un mensaje muy claro, que repitió varias veces: "Esa consulta no se va a celebrar y no se puede negociar ni la unidad ni la soberanía de España". Y aún más, hizo pesar la idea de que va de la mano con el principal líder de la oposición: "Mi coincidencia con el señor Rubalcaba -en este tema- es plena". Ahora, buscará rebajar la tensión y que la situación se normalice. Todos señalan al Constitucional y ganar tiempo.

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