No hay margen para la crítica, en opinión de Alberto Ruiz Gallardón, uno de los grandes artífices del pacto sobre el Consejo General del Poder Judicial. "Debemos estar profundamente satisfechos del ejercicio de responsabilidad", defendió, no sin recordar que "por primera vez se han cumplido los plazos" y con un consenso inusual. "Se ha hecho mediante un acuerdo amplio. El 93% de los diputados va a votar a una candidatura común que representa a toda la realidad del poder judicial en España", aseguró pletórico.
En una declaración ex profeso, el titular de Justicia fue preguntado si teme una ruptura del acuerdo después de que Tomás Gómez, líder de los socialistas madrileños, se revolviera contra uno de los jueces elegidos. Gallardón no se pronunció en concreto, pero de sus palabras se desprende que nada teme al respecto. "Tenemos que poner en valor que en tiempos de luchas políticas se hace muy difícil alcanzar grandes acuerdos de Estado", quiso enfatizar. Antonio Camacho, el hombre del PSOE en las negociaciones, mantuvo muy buena relación con el ministro desde el principio.
Nada parece importar el incumplimiento del programa electoral del PP o la denuncia de UPyD y asociaciones judiciales sobre una politización del órgano. Para Gallardón, el sistema tiene una "doble legitimidad". La primera, que los magistrados seleccionados por los partidos "tienen el respaldo explícito de sus compañeros" y algunos de ellos, recalcó, no forman parte de las asociaciones; un colectivo hasta ahora discriminado. La segunda, que el pacto se logra por "quien ostenta la soberanía nacional".
Gallardón atendía a los medios de comunicación poco antes de que concluyera un desayuno de Alberto Fabra en Madrid. Al mismo, también asistió Mariano Rajoy que evitó hacer declaraciones a los periodistas. Desde la tribuna volvió a lanzar un mensaje de optimismo: "Queda mucho camino" pero existen "signos de mejora".