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Rajoy justifica la promesa rota del CGPJ: "Para llegar a acuerdos hay que ceder"

El presidente niega que esté negociando con ETA y defiende a los jueces. Su intención es no remodelar el Gobierno en toda la legislatura.

Tuvo que responder sobre temas económicos, pero también sobre otros frentes que durante estos dos años han puesto en un brete al Ejecutivo. Al presidente le recordaron, en la primera entrevista en un medio nacional -RNE- en muchos meses, que ha incumplido su programa electoral al pactar con el resto de fuerzas políticas la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Él lo justificó: "Creo que hay una doble legitimidad. Para llegar a acuerdos hay que ceder en algo del planteamiento inicial". Para Rajoy es más importante el consenso logrado -no participó UPyD-, y aún añadió: "Es muy difícil" llegar a un pacto "imponiéndole al otro lo que uno quiere hacer". Y remató: "Si no, no es un acuerdo, es un contrato de adhesión".

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Mariano Rajoy se presentó a las elecciones prometiendo que cedería el poder a los jueces. Alberto Ruiz Gallardón así lo reiteró en la sede de la soberanía nacional, ya lograda la histórica mayoría absoluta. Pero el presidente le quita hierro al incumplimiento: "Lo importante" es que el órgano de gobierno de los magistrados "cumpla su función y la cumpla bien". La clave, a su juicio, es que los elegidos "actúen con independencia"; extremo que espera que se cumpla.

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"Estamos muy contentos", se reafirmó. El acuerdo final se espera para los próximos días y, en este sentido, se felicitó por la interlocución fluida que mantiene con Alfredo Pérez Rubalcaba. Entre ambos están conformando el órgano: "Hablar es algo capital en la vida y no se pierde nada por hablar".

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Intenta tranquilizar sobre ETA

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El Gobierno "ni ha negociado con ETA ni va a negociar con ETA y espero que, al final, se imponga la justicia", quiso tranquilizar el presidente, que ha visto como las víctimas y parte de las bases del PP se han revuelto tras la sentencia de Estrasburgo. Rajoy dijo, a grandes rasgos, que él no tiene la culpa de la salida de los etarras. También salió en defensa de la magistratura: "Lo que tampoco puede ser es que ahora se cargue contra los jueces, no es justo porque vienen obligados por una decisión europea", dijo. "Son los mismos que le metieron en la cárcel y con penas muy altas", añadió.

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Una situación "nada grata", reconoció el presidente. Si bien, quiso dejar claro que no hay tratos oscuros con la banda terrorista. En ese punto fue taxativo: "Si ETA espera por parte del Gobierno un movimiento no se va a producir. Lo que esperamos es que se disuelva", zanjó. "Esto no tiene sentido, nunca ha tenido sentido", incidió sobre la banda terroristas.

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El presidente sacó pecho del pacto para que los terroristas no cobren subsidios del Estado, si bien no avanzó ningún proceso de ilegalización del brazo político de ETA a pesar de las pruebas que, según el propio Ejecutivo, se van amontonando. Le preguntaron si existe una ruptura entre el PP y las víctimas: "No lo siento. He estado en muchos funerales y el PP siempre ha estado con las víctimas y siempre va a seguir estando" aunque "a veces no acertamos, no le digo que no".

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"Con la soberanía nacional no se juega"

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Sobre Cataluña, el presidente no abandona la contundencia. Atrás quedan sus referencias constantes al diálogo. "Con la soberanía nacional no se juega, al menos, mientras yo sea presidente", resumió en la entrevista. Esto es, no modificará los artículos 1 y 2 de la Constitución. "Una cosa por la que no voy a pasar de ninguna de las maneras, y lo saben mis interlocutores en la Generalitat, es por romper la soberanía nacional", puso encima de la mesa.

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"Mi posición la sabe todo el mundo", incluido Artur Mas, quiso recalcar. Al líder catalán le reclamó "sentido común" y le recordó el esfuerzo que está haciendo el Estado para ayudar a la región a salir de la crisis económica. Por ejemplo, aportando dinero para pagar hasta 900.000 facturas. No va a "generar tensiones", pero lo cierto es que marca muy claramente sus líneas rojas: "Yo creo en la unidad de España", sentenció.

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Pasa página sobre Bárcenas

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Otra patata caliente: el terremoto judicial y político generado por Luis Bárcenas, y que ni mucho menos ha concluido. El presidente entonó el mea culpa: "Podríamos haber hecho las cosas mucho mejor, estoy convencido de que sí. Se aprende de los errores y las equivocaciones". Aunque, a renglón seguido, se jactó de que el que fuera su hombre de confianza dejó la tesorería del PP en 2009 y el Senado en 2010; nada apuntó del sueldo y privilegios que siguió recibiendo de Génova a pesar de que teóricamente ya había sido apartado.

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El jefe del Ejecutivo trató de pasar página de una vez por todas. Y, para ello, defendió las medidas contra la corrupción preparadas por su gabinete y que estos días se debaten en las Cámaras de representación. "Más controles y transparencia", afirmó. "Lo importante es evitar que esto no se vuelva a repetir", dijo. En cuanto a las acusaciones del extesorero nada quiso afirmar utilizando la coletilla de que "este tema está en sede judicial".

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La "leyenda" sobre Aznar

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José María Aznar centró el capítulo relativo al PP y a las distintas sensibilidades evidenciadas a raíz de su respuesta a la ofensiva secesionista o la lucha contra ETA. "Hay una leyenda que circula por ahí y todos somos conscientes de que seguirá siempre allí. Tengo una relación estupenda con Aznar desde hace muchos años y estoy absolutamente convencido de que va a seguir. Seguirá la leyenda, pero tengo una magnífica relación", respondió. En París, tras participar en una cumbre sobre empleo juvenil con otros líderes europeos, ya buscó superar la crisis abierta con el expresidente, y que en privado prácticamente todo el mundo reconoce.

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A partir de ahí, Rajoy no valoró los diagnósticos de su antecesor -que, por ejemplo, pide cárcel para quién se atreva a convocar una consulta de ruptura-. "No voy a entrar en lo que digan otras personas por muy cualificadas que sean. Yo respondo lo que digo yo", contestó con media sonrisa.

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No habrá crisis de Gobierno

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De Aznar a su mujer. El presidente no despejó definitivamente el futuro político de Ana Botella, aunque elogió su gestión en estos años difíciles -"Es una magnífica alcaldesa", matizó-. "Ahora no estamos ni en elecciones europeas, ni en autonómicas, ni en municipales. Estamos en otra cosa", aclaró, despejando todos los interrogantes de sopetón.

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De igual forma, corroboró la información publicada por este diario la semana pasada sobre su intención de no hacer una crisis de Gobierno en lo que resta de mandato. Así se lo transmitió a sus ministros en privado: "Mi compromiso es por cuatro años", les vino a decir. Ahora, lo dice públicamente: "No tengo intención de hacer ninguna remodelación del Gobierno antes de navidad y, si puedo, no la haré en lo que queda de legislatura". Eso sí, con el nombre de Miguel Arias Cañete en las quinielas para ser comisario de la UE o cabeza de cartel a las europeas, no descartó tener que cambiar algún ministro en particular.

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