Los fantasmas de división atormentaron a los populares en su primer cónclave importante -congregó a más de 450 parlamentarios- en meses. En la víspera, Mariano Rajoy y sus gabinetes en Moncloa y Génova escenificaron un evidente plantón a José María Aznar, que presentaba el segundo volumen de sus memorias. El expresidente, lejos de amedrentarse, no dudó en hacer una dura crítica de fondo, amén de "tomar nota" una vez comprobó que en la primera fila sólo había exministros y miembros de la denominada vieja guardia.
Una fotografía de ruptura que, alimentada por los medios de comunicación, convulsionó la Interparlamentaria del PP, que estaba llamada a ser una balsa de aceite. Oficialmente, se trató de rebajar la tensión entre el presidente y Aznar. "No" existe ruptura, iban afirmando los vicesecretarios generales -todos ellos, ausentes en la presentación- ante la nube de periodistas. Algunos dieron explicaciones por su ausencia, como Javier Arenas: "Si hubiera podido, habría asistido", contestó. Ministros como Ana Mato y José Manuel Soria, próximos a la Fundación FAES, alegaron compromisos para no asistir.
En todo caso, en privado, preocupa que cada vez más se vislumbren dos PP. Ya ocurrió en la reciente concentración de víctimas: los populares madrileños fueron aplaudidos mientras que los integrantes de la dirección -a excepción de Jaime Mayor Oreja- recibieron una reprimenda de una parte de quienes protestaban. Esperanza Aguirre, Ignacio González y, por supuesto, Ana Botella sí arroparon a Aznar, lo que hizo más visible esa división.
Para algunos, la soledad de Aznar no debe caer en saco roto. "Fue una foto dura", en voz de diputados próximos al expresidente. "No es normal que un presidente de honor se quede solo", añaden. Si bien, también están -y no son pocos- quienes le acusan de "no ayudar al Gobierno". De hecho, y a pesar de las ausencias, también se evidenciaron la dureza de sus palabras. Primero, al reclamar más "ambición" en los asuntos de Estado y, a renglón seguido, al criticar la falta de altura política.
Cospedal: "Os pido que penséis en el futuro"
El testigo lo recogió María Dolores de Cospedal, aunque sin menciones expresas. Varios de sus mensajes parecieron una contestación implícita a su presidente de honor, aunque su equipo lo desmiente. Aznar apeló al "pasado" y la número dos del PP contestó con el "futuro". "Os pido que penséis en el futuro de España. Por eso estamos hoy aquí. Somos un partido que piensa en el futuro y por eso trabaja en el presente", proclamó no sin vehemencia.
El tono y el fondo fue reivindicativo. Mientras Aznar habló de sus gobiernos, ella se refirió exclusivamente y en constantes ocasiones al Ejecutivo "valiente" y "fuerte" de Rajoy. Ante la petición de recuperar la "ambición", Cospedal defendió la claridad de ideas con respecto a la unidad de España. "Somos un partido que quiere incluir a todo el mundo en este gran proyecto nacional. Nuestro partido piensa en todos. España es lo que explica la vida del PP, ése es el honor del partido, pero también hace que sea grande nuestra responsabilidad", afirmó.
"Siempre hemos sabido que no estábamos solos. Se habla de la mayoría silenciosa pero cada vez la mayoría silenciosa habla más. Y dice, déjenme ya de ser fatalista de decir lo mal que está todo, porque no estamos recuperando", reivindicó. También sacó pecho por la "vocación política" del PP, en lo que se podía entender otro toque de atención a Aznar.
Santamaría: "Ninguna ruptura"
Desde la Moncloa, Soraya Sáenz de Santamaría rechazó rupturas y afirmó que "este Gobierno respeta a todos los expresidentes y muy especialmente a Aznar". Además, vio bien representado al Gobierno con la presencia de José Luis Ayllón, su hombre en el Congreso: "Yo estaba cerrando el Consejo de Ministros", explicó.
Gobierno y Génova trataron de frenar la polémica, pero el debate se instaló en la Interparlamentaria. "No fui porque no me dio la gana. ¿Pero es que hay que ir a todos sus libros?", replicó Celia Villalobos, que fue ministra de Aznar. Menos airado opinió sobre el asunto Pedro Sanz, presidente de La Rioja: "Desde la barrera se hacen los diagnósticos con más facilidad", aseguró, no sin añadir que él acudiría a escuchar a Rajoy. "Yo sí creo que Rajoy está siendo valiente", apuntó Arantza Quiroga, líder del PP vasco.
A última hora de la jornada, fuentes de la dirección reconocieron "distintas sensibilidades" en el seno del partido pero negaron tajantes que haya posibilidad de ruptura. Públicamente, Cospedal destacó la "cohesión" del partido.