El presidente anduvo con pies de plomo. Se toma "muy en serio" las informaciones publicadas sobre espionaje masivo en España, que incluso le generan "inquietud", pero no da nada por seguro. Ni mucho menos se refirió a la posibilidad de que el Centro Nacional de Inteligencia haya ayudado a Estados Unidos en este cometido, tal y como publica El Mundo. Lo importante, a su juicio, es "generar confianza" y huir de palabras altisonantes.
El espionaje entre aliados "no es aceptable", en palabras de Mariano Rajoy. Pero el Gobierno aún no confirma que tal extremo. "Si se han producido los acontecimientos que parecen que se han producido a mí no me parecen bien, pero tengo que ser extremadamente prudente", argumentó. Para aclarar lo ocurrido, se convocó de urgencia el lunes al embajador, James Costos. Además, "con la mayor celeridad posible" comparecerá en la comisión de secretos oficiales el director del CNI, Felix Sanz Roldán, previsiblemente el próximo miércoles a puerta cerrada. "Si el Congreso me llama, cumpliendo la ley allí estaré", avanzó el responsable del órgano, si bien quiso dejar claro que trabaja "siempre dentro de la ley".
Algunos grupos, como UPyD, reclamaron que Soraya Sáenz de Santamaría también acuda a las Cortes, en calidad de responsable de la Inteligencia del país. Pero Rajoy paró en seco esta pretensión, al menos de momento. "Entiendo que no le parezca suficiente pero a mí sí. Es suficiente con la presencia aquí del director del CNI", le respondió a Rosa Díez.
El supuesto espionaje acaparó la comparecencia del presidente para explicar el último Consejo Europeo. Ya en Bruselas, Alemania y Francia forzaron que esta cuestión entrara en el orden del día. Si bien, como entonces, Rajoy marcó distancias con ellos en aras de mantener unas buenas relaciones con la administración Obama, más aún teniendo en cuenta que Jorge Moragas, su jefe de gabinete, trata de cerrar desde hace semanas una visita a la Casa Blanca.
En este sentido, Rajoy encontró como aliado al líder de la oposición. Y así lo puso en valor destacando "el equilibrio y la sensatez" de Alfredo Pérez Rubalcaba. "No esperaba otra cosa", llegó a decir.
Lo importante, según dijo Rajoy en la sede de la soberanía nacional, es "clarificar lo que ha pasado" lo antes posible. Pero, hasta entonces, evitar estropear los vínculos con Estados Unidos. "Confianza", sentenció el presidente, que no entró en el debate abierto por los grupos. "Es imprescindible despejar las dudas", le imploró Alfonso Alonso, portavoz del partido que le sustenta.