Mariano Rajoy trató de salvar la cumbre de Panamá y poner deberes para la del próximo año -quiere integrar los organismos iberoamericanos en la Secretaría General-. En opinión del Gobierno, lo importante no es la declaración final -completamente descafeinada- o la ausencia de mandatarios -que achacan al hecho de que el país anfitrión no hizo suficiente trabajo previo- sino los contactos mantenidos en materia económica y la posibilidad de alcanzar acuerdos en este sentido.
La prioridad del presidente fue, de hecho, dejar clara la "apuesta en profundidad" de España en América Latina. Como ejemplo, "la satisfacción" de acoger a un millón y medio de lationamericanos en el país y el "agradecimiento" de que en esta región trabajen ya un millón de compatriotas. "Debemos renovar esfuerzos" y "poner especial énfasis" en crear "una cultura empresarial", enfatizó ante sus homólogos que sí asistieron a la cita.
Para que las empresas españolas sigan llegando a América Latina sólo puso un requisito: seguridad jurídica. "Un marco regulatorio transparente" frente a los casos ocurridos en Venezuela y Bolivia, cuyos mandatarios se ausentaron. Los empresarios que se trasladaron a Ciudad de Panamá, como los responsables de Repsol o Sacyr, también hicieron esta reclamación en foros paralelos.
Pero, principalmente, se afanó en que las empresas extranjeras acudan al país. Y, para ello, sacó pecho de los logros económicos de su mandato: "España tiene una grave crisis económica de la que, gracias a un ambicioso plan de reformas, estamos empezando a salir", proclamó, en línea con el discurso que hizo el príncipe hace dos días. "Se están estableciendo las bases para que nuestra economía sea más competitiva y visible", se reafirmó.
Para Rajoy, ya existen "algunos resultados", y puso como ejemplo "la recuperación de la confianza de los mercados" en el mejor momento de la Bolsa de Madrid. "Puedo asegurarles que España está saliendo ya de la crisis con una economía saneada y reforzada. Son muchas las cosas por hacer, pero tenemos la voluntad y el empeño de hacerlo", argumentó. En otras palabras, existen "garantías de cara al futuro" y, por ello, instó a la inversión sin temores.
Lo que ofrece España son "buenas y renovadas oportunidad", y de ahí que no se anduviera por las ramas: "Estaríamos encantados de que las empresas lationamericanas se instalen en España" porque la región "desempeña un papel muy significativo en nuestra recuperación".