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Rajoy no da por perdido a Mas mientras Cospedal denuncia su "delirio"

De nuevo, dos caras. Rajoy espera de Mas "gestos de grandeza". El PP busca su hueco en Cataluña endureciendo el discurso.

La bola se hace cada día más grande, pero el presidente sigue sin moverse. Incluso justifica su aparente inacción frente al desafío separatista: "A veces se critica que no se hace nada, pero alguien debería hacer una reflexión" sobre las decisiones tomadas y sus efectos, defendió. Para Mariano Rajoy, es obligación del Gobierno mantenerse en su postura inicial: diálogo en el marco de la ley y el estado de Derecho. Y, en ese contexto, aún mantiene la esperanza de que Artur Mas ofrezca "gestos de grandeza".

La estrategia, una semana más, pasa por ofrecer una doble cara en Cataluña. Una institucional -de perfil plano, para favorecer la comunicación- y otra de partido -más contundente, denunciando "el delirio" de la Generalidad-. Pero, entrando en materia, fuentes de la dirección nacional del PP ven al presidente catalán cada vez más radicalizado e incapaz de reconducir la situación. En privado, tanto miembros de la cúpula como ministros de perfil más político le ven echado al monte, lo que derivará irremediablemente en la convocatoria de la consulta ilegal. El pesimismo y la preocupación es notable en estos círculos.

"Pasos equivocados"

En todo caso, en público -desde Astaná (Kazajistán) para cerrar acuerdos económicos-, Rajoy quiso ser comedido y no dar por perdido a Mas. Reconoce que ha dado "pasos equivocados" y le instó a pensar "muy bien" sus próximas decisiones, pero "aún está a tiempo de tener gestos de grandeza". Esto es, de avenirse a una negociación en página económica y no rebasar las líneas rojas que, aunque de forma ambigua, expuso en su misiva del 14 de septiembre.

La hoja de ruta del jefe del Ejecutivo la resumió en una frase: "Quiero una Cataluña española y una España catalana. Es lo que quiero y por lo que voy a dar la batalla", recoge la agencia EFE. Junto al presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, rechazó decisiones y medidas que "lo único que hacen es generar división e incertidumbre" e instó a una "reflexión" sobre todo lo ocurrido en año y medio. Esto es, desde que Mas se envolviera en la bandera de la ruptura, elecciones autonómicas de por medio.

Para el presidente, lo importante es mantener el rumbo y la cabeza fría. "El Gobierno va a actuar con responsabilidad y seriedad", proclamó. Este mismo viernes, Soraya Sáenz de Santamaría defendió no hacer nada pese al escenario "confuso". Rajoy cree que hay que aguantar y que Mas se dé cuenta de que va hacia ninguna parte, aunque le avisa: "El mundo no va por ahí, por generar nuevas fronteras. El mundo es cada vez más libre y con menos aranceles".

El pacto con Ciudadanos, muy difícil

El Ejecutivo tiene claro que, llegado el caso, recurrirá la consulta ante el Tribunal Constitucional y éste prohibirá que se celebre. Entonces, ateniendo a la lectura interna, Mas no tendrá más remedio que avanzar hacia unas elecciones plebiscitarias, para lo que el PP empieza a prepararse. Lo hace alarmado por las encuestas, que le sitúan incluso por debajo de Ciudadanos, el partido de Albert Rivera.

El PP quiere venderse como el único partido capaz de defender la "unidad y pluralidad" de España, en un intento de contrarrestar el efecto Rivera. Aún más, desde Génova se observa como papel mojado la propuesta de pacto de Ciudadanos: "No hemos recibido respuesta", se quejó María Dolores de Cospedal, en relación a la carta enviada por Alicia Sánchez Camacho a las formaciones constitucionalistas.

Camacho, al Comité de Dirección

La número dos del partido también dejó claro que, a sus ojos, Camacho es la interlocutora de Rivera y no ella y, ni mucho menos, Rajoy. Y para dejarlo claro, le invitará el próximo lunes al Comité de Dirección del PP, amén de estar programando actos y reuniones con su equipo con el objetivo de hacer pedagogía sobre el terreno. "No se puede estar engañando constantemente a los catalanes diciéndoles cosas que no son", enfatizó Cospedal en rueda de prensa, en relación al sonoro portazo de la UE.

El PP ve muy difícil, por no decir imposible, pactar con Ciudadanos, y de ahí que trata de recuperar su espacio: "Somos el único partido que da voz a tantos millones de ciudadanos que se sienten catalanes y españoles, y no quieren levantar fronteras ni verse aislados o expulsados de la Unión Europea", en palabras de Cospedal.

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