España mantiene sus reivindicaciones históricas sobre Gibraltar. Así lo hizo constar, por segundo año consecutivo, Mariano Rajoy ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, de la cual destacó su "consolidada y universal doctrinal legal sobre desconolización", que el Gobierno suscribe sin matices.
Un Gibraltar español sin estridencias, pero sí algo más contundente que en sus últimas referencias públicas. Para ello, el presidente tiró de tratados internacionales: "Gibraltar, colonia británica, a la que esta organización incluyó en 1963 en la lista de territorios no autónomos pendientes de descolonización". Pero el tiempo pasa, y Reino Unido sigue sin mover esta ficha. En palabras de Rajoy, "viene desoyendo" los mandatos y compromisos adquiridos, como la Declaración de Bruselas de 1984.
Un "anacronismo colonial", en opinión del presidente. Tanto que "es el único pendiente en Europa" con el gravamen de que afecta a "nuestra integridad nacional". Y, en la práctica, también causando "inconvenientes" a los ciudadanos de Gibraltar y de la zona adyacente. Una situación en la verja que no tiene visos de solucionarse, a tenor de las palabras sólo horas antes del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que ya advirtió que los controles "seguirán" mientras el Gobierno del peñón "sea desleal".
Rajoy no llegó a tanto, pero puso encima de la mesa la crisis diplomática, que le ha hecho despachar con su homólogo David Cameron en varias ocasiones sin llegar a buen puerto. Ante la ONU, el presidente le volvió a pedir a primer ministro inglés que "retome el diálogo bilateral y la cooperación regional", como así estipula la doctrina de la institución en la que hablaba.
Por lo demás, un discurso al uso con el que Rajoy no se olvidó de otra de sus pretensiones ante esta institución: "España ha demostrado no con declaraciones, sino con hechos su total compromiso con la ONU", y por ello exigió ocupar un asiento en su Consejo de Seguridad en el bienio 2015-2016.
Viaje de perfil económico
Así, el presidente pone el broche a un viaje de perfil marcadamente económico en el que ha querido vender la idea de una nueva etapa en España: la de la recuperación. Así lo transmitió al poder mediático de Nueva York; primero se reunió con el consejo editorial de Wall Street Journal -diario que ya le entrevistó esta semana- y posteriormente se trasladó a los estudios de Bloomberg, canal especializado en economía. En ambos encuentros insistió en la evolución positiva de la economía patria gracias a las reformas emprendidas.
Un plan de ajustes que continuará hasta el final de legislatura, se encargó de remachar el presidente. Este viernes, sin ir más lejos, se aprobará la relativa a las pensiones, amén de los Presupuestos Generales del Estado y el nuevo cuadro macroeconómico. "España va por el buen camino", defendió ante sus interlocutores, según la agencia EFE. El jefe del Ejecutivo esgrimió que el país ya ha salido de la recesión y que el resto ahora es que la recuperación sea "más vigorosa". En otras palabras, que los ciudadanos empiecen también a ver luz al final del túnel.
Con los deberes hechos, afirmó en Bloomberg, "no será necesario adoptar ninguna medida extraordinaria más a lo largo de 2013 y España cumplirá como ya lo hizo el año pasado". Esto es, en palabras del presidente, que España "ya abandona la recesión e inicia un camino de esperanza hacia el futuro". "Ya hay luz al final del túnel"", llega a proclamar, en un intento de alejar el fantasma de un país hundido por la crisis.