La última palabra la tendrá, como siempre, el presidente. Pero a su alrededor todo el mundo juzga sobre la base de que en la opinión pública se ha instalado la idea de que Mariano Rajoy tiene que dar la cara y explicaciones por el caso Bárcenas. La pregunta es qué formato acabará utilizando para evitar la impresión de que ha cedido a la presión del PSOE y el resto de formaciones o, peor aún, que su agenda queda marcada desde la prisión de Soto del Real.
Lo único que ha confirmado Moncloa, de forma meridiana, es que el jefe del Ejecutivo "comparecerá". Si bien, no ha querido dar más detalles, dejando la puerta abierta a todas las posibilidades, incluso las más inverosímiles. En sectores del Gobierno y el partido que le sustentan creen que no hay otra salida que acudir al Parlamento para explicarse: hay que marcar un "cortafuegos", dicen, y "tiene que ser" en las Cortes.
Desde el entorno de Rajoy se ratifica que ésta es una de las posibilidades que se baraja, pero no la única. "Es de sentido común que un presidente no puede estar saliendo cada día al paso de la insinuaciones y rumores que se vayan publicando. ¡No tiene ningún sentido!", se defendió el lunes el presidente. Pero, dentro del propio PP, entienden que "acudir a una moción de censura sería mucho peor para la imagen del país". José Manuel Soria, ministro de Industria, parecía apuntarse a esta tesis: "Siempre que ha estimado oportuno que tiene que informar sobre alguna cuestión en sede parlamentaria lo ha hecho", contestó en RNE.
El interrogante podría prolongarse hasta el próximo día 24, cuando se celebra la Comisión Permanente. Si Rajoy no comparece, el PSOE ha amagado con presentar una moción de censura. "He pedido la dimisión del presidente del Gobierno y quiero decírselo en el Parlamento", dijo Alfredo Pérez Rubalcaba este mismo jueves. En el Ejecutivo creen que, de producirse este escenario, el presidente acabaría imponiéndose al líder de la oposición, pero temen la repercusión en los medios internacionales. Tal y como desveló este diario, el Gobierno reunió en Moncloa a los corresponsales en Madrid para transmitirles su versión de los hechos sobre el caso Bárcenas, pero una moción volvería a ser noticia de apertura en Europa.
Las otras opciones de Rajoy
Así, parecen mayoría quienes afirman que comparecer en el pleno sería el "mar menor", aunque nadie pone aún la mano en el fuego sobre lo que decidirá el presidente. Algunos diputados recordaban estos días una de sus expresiones más célebres -"A veces la mejor decisión es no tomar ninguna decisión"- para apuntar a otras vías y dejar al PSOE la patata caliente de sopesar si deben presentar la moción. Por ejemplo, entender como "comparecencia" la rueda de prensa de balance del curso político que se podría celebrar el 26 de julio o el 2 de agosto, coincidiendo con el último Consejo de Ministros. O que Rajoy, aduciendo que el caso Bárcenas es una cuestión "de partido y no de Estado", se inclinara por dar explicaciones en el seno del PP, por ejemplo en un Comité Ejecutivo.
Todo se baraja y se analiza, según Moncloa, que declinó dar por cerrada puerta alguna. También se podría optar por la celebración de una sesión de control extraordinaria. En ella, los grupos plantearían a Rajoy sus cuestiones sobre el extesorero, e incluso instarle a que se vaya, pero con un minutaje breve. "Es una opción", reconocen, pero la duda que se instala en los círculos populares es si cualquier otra decisión que no sea comparecer en la sede de la soberanía nacional servirá para aplacar a la oposición.
"Rajoy vendrá al Parlamento pero vendrá cuando le obligue la política, no cuando le obliguen Rubalcaba y Bárcenas", aseveró públicamente Esteban González Pons, echando mano de argumentarlo. Mientras, el presidente sale este viernes del complejo de la Moncloa para mantener una reunión con los ministros de Exteriores de la Unión Europera en Palma de Mallorca y tendrá un discurso -esto es, sin opción a preguntas- que será público para los medios de comunicación.