Objetivo: la prensa internacional. Libertad Digital ya avanzó este lunes la enorme preocupación en el Ejecutivo por cómo los medios extranjeros están abordando la crisis política generada por Luis Bárcenas. La comparecencia de Mariano Rajoy reafirmándose en el cargo en aras de la "estabilidad" no tuvo el efecto buscado por el Gobierno, vistas las informaciones publicadas principalmente en los rotativos europeos. La imagen, a ojos de la Moncloa, que se está ofreciendo en la UE y el resto del mundo es desproporcionada y muy alejada de la realidad: "Como si estuviéramos al borde de la quiebra democrática".
Para intentar taponar la hemorragia, el Ejecutivo citó este miércoles en el complejo presidencial a los corresponsales que los medios extranjeros tienen en Madrid. Sin la presión de las cámaras grabando, quisieron ponerles en contexto y dar su versión de los hechos. Y, principalmente, se lanzó una idea que esperan transmitan en sus próximas crónicas: que España es un "país estable" con un presidente que "no va a tirar la toalla". Esto es, que pese al desgaste admitido que está provocando el caso, "no habrá dejación de funciones" y se seguirán aplicando las reformas.
Para el Gobierno, el mensaje fundamental es que se sigue trabajando sin descanso. Y así se lo transmitieron a los corresponsales, según pudo saber este diario. Como ejemplo, la reforma de la administración local -que previsiblemente verá la luz este viernes- o el nuevo modelo de pensiones y el plan fiscal, previstos para las próximos meses. "España no se derrumba", se transmitió con firmeza. Y no lo hará porque ni el presidente ni su gabinete, según las mismas fuentes, "nunca ha cedido al chantaje".
En privado, algunos ministros y altos cargos reconocen que Bárcenas empieza a hacer daño fuera; que incluso afecta a la prima de riesgo, aunque siga en niveles estables. "Esos periódicos los leen después los inversores, y para España es fundamental que sigan viviendo inversores", se puso como ejemplo.
El mensaje de los empresarios
Pero, además del encuentro con periodistas, también se están llevando acabo maniobras para afianzar el mensaje que lanzó Rajoy el lunes: que sigue adelante. Sin ir más lejos, la fotografía del martes del presidente con los grandes empresarios del país. No es nada habitual que se conozca el contenido de una reunión de este nivel -ni más ni menos, un despacho del Consejo Empresarial para la Competitividad-, pero fuentes de Moncloa filtraron que los ejecutivos de las más importantes empresas del país le pidieron a Rajoy que resistiera y mantuviera tanto la "estabilidad" como "las reformas". "No me torcerán la mano", les contestó el jefe del Ejecutivo.
En paralelo, el hombre clave de Rajoy en las instituciones comunitarias, Luis de Guindos, lleva toda la semana lanzando precisamente ese mismo mensaje: la estabilidad no se ha marchado y España es un país fiable. "Es un intangible importantísimo, que nos ha costado muchísimo sacrificio conseguir y que ni Bárcenas ni ningún director de un periódico nos lo van a torcer", se incide desde el Ejecutivo. Desde las embajadas se transmiten cables parecidos.
El problema, explican, es que en el extranjero no se ve la financiación ilegal en el PP "como supuesta" si no que se publica la versión de Bárcenas como auténtica, y de ahí la percepción de que exista un crisis de Estado en el país. "No venden las buenas noticias, sólo las malas", se lamentaban varios ministros este mismo miércoles en el Senado. Para el Ejecutivo, es primordial apagar el incendio fuera porque "nadie se puede permitir que regresen las dudas", y de ahí que se haya lanzado a vender lo mejor posible su versión de los hechos.