José María Aznar no dudó en defender en presencia de Mariano Rajoy el proyecto estrella del campus de la fundación que preside: "Se han hablado de muchas cosas importantes, de las reformas que se están acometiendo y de las que se pueden acometer para tener una más rápida recuperación como la fiscal y la energética". Esto es, lanzó un mensaje muy claro al jefe del Ejecutivo: en su opinión, ha de virar sin demora su plan en materia de impuestos.
A la espera de que el Gobierno apruebe su nueva reforma fiscal -que estará lista, en principio, en el primer trimestre del año próximo-, la fundación se adelantó este martes planteando un minucioso plan de acción con varias ideas clave. Una reforma con "impuestos más bajos, bases imponibles más amplias", unos tributos "más sencillos" y "menos distorsionadores de la actividad económica". En pocas palabras, lo que pide es reducir los tipos marginales de IRPF y Sociedades, eliminar deducciones en ambos tributos, eliminar Patrimonio, reducir las distorsiones en impuestos especiales y mantener el IVA (o subirlo si a cambio hay reducciones en las cotizaciones sociales).
Fue un aviso, en todo caso, en un calculado ambiente de normalidad ajeno a la expectación levantada. Tras un saludo afectuoso y una conversación sin micrófonos de aproximadamente cinco minutos. Aznar quiso dejar muy claro que las suyas son reflexiones para intentar ayudar al Ejecutivo en su labor: "Les hemos invitado a la reflexión sobre la situación de España y el mundo en general. Lo hacemos como lo hacemos siempre, aportando ideas y pensando en lo mejor para nuestro país".
El presidente recogió el testigo afirmando que ha recibido la propuesta de FAES y será tenida en cuenta por la comisión de sabios, constituida este mismo viernes por el Consejo de Ministros, para abordar el nuevo modelo fiscal. Sabios que, en algunos casos, participaron en la confección del documento de Aznar. El objetivo, resumió Rajoy, es alcanzar "un sistema sencillo" en favor de las empresas. Aunque, quiso enfatizar, el Gobierno ya ha acometido cambios para paliar las subidas de impuestos realizada, como aplazar el ingreso del IVA de caja para las pymes y autónomos.
Toque de atención de Rajoy a Aznar
Tras las críticas de Aznar, y en su propia casa, Rajoy se reafirmó con más contundencia que nunca en su plan de acción: "Quiero señalar que son reformas estructurales de verdad. Que no estamos ante anuncios para salir del paso", destacó, y eso que "muchas han sido difíciles" y han tenido contestación ciudadana en las calles. "No se puede decir que no hemos tomado decisiones. Quedan dos años y medio para el final de la legislatura y los balances se hacen cuando hay que hacerlos. No se pueden hacer al principio porque no es justo y no conduce a nada", sentenció, en un evidente toque de atención a Aznar.
El presidente, que se puso como principal prioridad que el crédito vuelva a fluir como clave para la recuperación definitiva, prometió que en julio de 2015 todo irá mucho mejor. "No podemos decir, como en otros tiempos, que España va bien, pero sí que va mejor y que el rumbo es el correcto", proclamó ante un auditorio que lo recibió con aplausos.
Terminada su larga intervención, centrada en exclusiva en la economía, Aznar le despidió con un "muy bien". Que la relación entre ambos no es la ideal lo reconoció el propio expresidente cuando desveló que sólo han tenido una conversación larga desde que Rajoy llegara a la Moncloa. "Querido José María Aznar", fueron las primeras palabras del invitado. Si bien, por el fondo de ambos discursos, en el PP quedó grabada la idea de que la reconciliación hoy es complicada.