Fueron apenas unos segundos al término de su intervención a puerta cerrada, que centró en la economía aunque también dedicó un capítulo a la educación. Se refirió a "las informaciones" publicadas "en los últimos días", sin mentar en ningún momento a quien encumbrara en el organigrama interno del PP dándole las llaves de la tesorería hasta 2009. "Respeto a la Justicia y colaboración con la misma", sentenció Mariano Rajoy mientras los suyos guardaban silencio.
El presidente del Gobierno apeló a la "tranquilidad" interna. En su breve análisis, argumentó que el PP lleva "cuatro años" sufriendo el tormento de las derivadas de la trama Gürtel y auguró que aún "seguiremos con esto" varios meses más, en tanto en cuanto el procedimiento judicial sigue abierto y de ahí que reclame "celeridad" a los tribunales. En opinión de varios asistentes, les pidió huir del "cotilleo" y centrarse en lo importante: sacar a España de la crisis.
Ése fue, de hecho, el principal mensaje que transmitió a la cúpula: el PP tiene que seguir ocupado y preocupado por la situación económica a pesar de Luis Bárcenas y de lo que pueda filtrar ahora en prisión. El pasado viernes, en conversación informal con los periodistas en Bruselas, ya incidió en este sentido: "Hemos vivido mucho", vino a decir, y el extesorero no hará zozobrar el barco.
Nadie cita a Bárcenas ante Rajoy
Unas breves declaraciones que, en todo caso, parecieron satisfacer a barones y miembros de las estructuras más nobles del PP, que enmudecieron en el turno de réplica. Tanto que, a diferencia de en otras ocasiones, ningún alto cargo optó por tomar la palabra a excepción de Juan Ignacio Zoido por una cuestión completamente distinta: analizar el nuevo escenario político en Andalucía. Esperanza Aguirre, que se definió "absolutamente abochornada" y dispuesta a decírselo a Rajoy, finalmente optó por el silencio.
En síntesis, un cónclave mucho más tranquilo de lo esperado. "Caso cerrado", liquidaban desde el entorno del presidente tras escucharle, a pesar del temor existente en algunos círculos. En rueda de prensa, la número dos del PP utilizó como percha las declaraciones de Rajoy -que ella mismo desveló en su textualidad- para ponerle como ejemplo contra la corrupción: "Ningún partido ha realizado una operación de transparencia y entrega de documentación como la que ha hecho al PP".
Tras días de opacidad informativa, con un comunicado de respuesta a la prisión de Bárcenas de dos líneas y parte del partido conteniendo la respiración, María Dolores de Cospedal respondió a todas las cuestiones espinosas con contundencia. Así, declaró su "tranquilidad" ante las bombas que pudiera tener escondidas el extesorero, que asegura tiene en su disposición varias cajas con documentación sensible. "No tengo miedo absolutamente a nada", replicó en primera persona.
Así, evitó entrar en "comentarios" e "interpretaciones", lanzando una orden tajante a quienes dentro del propio PP llenan informaciones en los medios amparándose en el anonimato. Declarada la guerra a los "dimes y diretes", Cospedal también defendió la contabilidad del PP "auditada por el Tribunal de Cuentas" y "completamente legal" y dio la cara por Carlos Floriano, que denunció una causa general contra el PP y muchos lo entendieron como un ataque a Pablo Ruz, juez instructor del caso.
"Bárcenas puede hacer daño"
El PP quiso de esta forma dar por solventado un caso que, desde prácticamente su inicio, se aborda entre bambalinas. Si bien, en la dirección admiten que Bárcenas -en privado sí le citan- puede seguir haciendo daño, como también un proceso judicial "en el que las filtraciones son una constante, aunque hagan daño a gente anónima, trabajadores de la casa que nada tienen que ver con la política", en voz de un alto cargo. "Todavía vamos a tener mucho que tragar, pero Rajoy lo tiene claro: hay que seguir trabajando y no poder el norte", según la reflexión de un asistente. ¿Podrá Bárcenas tambalear a Rajoy? "Si algo ha demostrado es que aguanta lo inaguantable. Hoy por hoy mi respuesta es muy clara: no tajante", añade.
Con el caso aplacado en el último compás de su intervención y el auditorio silente, Rajoy pudo proclamar una batería de indicadores que auguran una recuperación económica. "Los datos invitan a la confianza en el futuro de España", destacó con cierto grado de optimismo. La prioridad ahora, se explayó el jefe del Ejecutivo, pasa por "corregir los desequilibrios, conseguir nuevos recursos y facilitar el crédito", y en este sentido aplaudió las últimas decisiones tomadas por el Consejo Europeo.
Rajoy, que también aplaudió la reforma educativa acallando así quienes critican a José Ignacio Wert dentro del propio PP, corroboró como los suyos le siguen sin rechistar a pesar de la losa que supone Bárcenas. Un cónclave de tránsito a la espera de una de las fotos más esperadas del curso político; la que protagonizará este domingo junto a José María Aznar en la clausura del campus FAES de verano. Según Cospedal, el expresidente muestra una "absoluta tranquilidad".