María Dolores de Cospedal no se anduvo por las ramas: "No es negociable apoyar al Gobierno", zanjó en presencia de parlamentarios de todas las Cámaras de representación. Un golpe en la mesa, mucho más estridente en las formas que el protagonizado en la víspera por Mariano Rajoy, para tratar de cerrar de una vez por todas la discusión interna por el déficit a la carta y regresar a la negociación discreta puesta en marcha por Hacienda.
rnrn"Es verdad que cada lugar tiene su idiosincrasia y tiene sus objetivos, y cada uno ha hecho las cosas de una manera. Y que cada uno podemos tener una opinión distinta", reconoció la número dos del PP, que defendió que "todo se habla y se negocia", pero en el marco propicio. Y éste estalló en mil pedazos esta semana, a juicio de la dirección nacional, con los barones haciendo pública una batalla que debería ser privada. "Al final la sangre no llegará al río. Cuando Rajoy les siente en la misma mesa, conseguirá una foto de unidad", auguran no obstante estas mismas fuentes.
rnrnTras varios meses sin celebrar una reunión interna de tal envergadura, que sirve a los propios dirigentes del PP para reafirmarse, Cospedal apeló al discurso único y a las ideas claras: "En los momentos de crisis, los españoles quieren saber que están gobernados por un partido que sabe dónde va. Y por eso es el partido más apoyado. Es verdad que muchos ciudadanos dan la espalda a la política, y por eso el esfuerzo debe ser mayor", fue su argumento.
rnrnJavier Arenas se unió a la consigna y enfatizó ante las diferentes estructuras congregadas en Salamanca que "tenemos que poner la unidad del PP al servicio de la cohesión de España". Y recordó las esencias, según algunos olvidadas: "Somos un partido con señas de identidad muy claras: es un partido de centro, que nació con la Constitución española, y es también un partido unido. No es lo mismo la unidad que la uniformidad. Aquí nunca hemos buscado la uniformidad", proclamó, intentando quitarle hierro a la rebelión de los barones. Sólo un día antes, el presidente se pronunció en términos muy parecidos.
rnrnLos sondeos internos del PP
rnrnAunque, más allá de los discursos, la Interparlamentaria sirvió como chute de energía, que vino de la mano de una remesa de encuestas internas elaboradas de cara a las elecciones autonómicas, que se celebrarán dentro de dos años. Unos estudios que lejos del desgaste que podría presuponerse confirman que, en algunas comunidades, el PP no sólo resiste, si no que mejoraría sus resultados. El ejemplo más destacado es el de Extremadura: José Antonio Monago, de acuerdo con estos sondeos, ya no necesitaría el apoyo de Izquierda Unida si hoy se celebran los comicios al alzarse con una cómoda mayoría absoluta.
rnrnEl PP también revalidaría el poder en Castilla-La Mancha. La entrada de IU en el Parlamento regional sería gracias al hundimiento del PSOE, pero no sumarían suficientes escaños, mientras que los populares mantendrían la mayoría absoluta. El caso de Cospedal es especialmente relevante en clave interna, ya que ha acometido uno de los programas de reformas más ambiciosos que el propio Rajoy ha puestos en varias ocasiones de ejemplo.
rnrnLos mayores problemas se sitúan en las comunidades de Madrid y Valencia. Encuestas publicadas por varios medios de comunicación lo certifican. No obstante, fuentes de las direcciones regionales de ambas regiones creen que podrán darle la vuelta: "La otra opción es el tripartito y los ciudadanos saben qué traen esas fórmulas. Hay que trabajar mucho y dejar el pesimismo, pero podemos conseguirlo", en voz de un alto cargo valenciano.
rnrnAsí, los populares trataron de sacudirse los malos augurios para entonar un "podemos" que quedó catapultado, primero, por las terribles previsiones del propio Gobierno y, después, por la guerra de barones autonómicos. "Habrá acuerdo en todo aquello que haya que cumplir para garantizar la recuperación de las comunidades autónomas y de toda España", quiso rematar Cospedal. Minutos más tardes, en el mismo foro, Cristóbal Montoro negó que ya haya negociado una cifra concreta con Cataluña ante las quejas de una consejera del PP: "Seguís creyendo demasiado los titulares. Son dimes y diretes". Según el ministro de Hacienda, "hay que reducir el déficit de forma proporcional".
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