El encuentro, previsto desde hace semanas, se producía en un momento explosivo políticamente. Sólo horas después de que el Tribunal Constitucional suspendiera la declaración soberanista del Parlamento catalán, Artur Mas declaraba la insumisión y aprobaba una comisión "por el derecho al decidir". La Moncloa, que ve en la decisión del TC un precedente clave, ya estudia recurrirla. "No le quepa ninguna duda de que cualquier actuación que sea incumplir la Constitución se llevará al Constitucional", advirtió la vicepresidenta al término del Consejo de Ministros.
En este contexto, con los puentes de diálogo entre la Moncloa y la Generalidad prácticamente rotos, Mariano Rajoy volvía a reencontrarse con Mas, en presencia de empresarios del sector del automóvil, en Barcelona -la última vez fue en secreto, sin cobertura- . El presidente acudía a la ciudad condal con la intención de hablar exclusivamente de economía, y se ciñó al guión, aunque en un marco de defensa de la unidad nacional. Además, se guardaba un anuncio positivo para intentar captar la atención al asunto que le llevaba a tierras catalanas: el sector invertirá otros 1.000 millones de euros en España en los próximos meses.
La estrategia del Gobierno es clara: acudir a Barcelona a foros económicos e intentar explicar que la independencia sería letal para el bienestar de los ciudadanos de esta región. De forma sutil, Rajoy lo argumentó una y otra vez ante Mas y los empresarios. Incluso sacó a colación la ley de unidad de mercado, que pretender acabar con trabas entre las comunidades para fomentar la inversión extranjera. El presidente puso como ejemplo a Barcelona con respecto a otras ciudades del país.
El Gobierno estudia más recursos
Lo que no hizo, en ningún caso, fue hacer referencia explícita alguna al órdago de Mas de no cumplir con la orden del Constitucional. Ya lo avanzó este diario en la víspera. Ese mensaje se lo dejó a su número dos, que sólo minutos antes hablaba en rueda de prensa: "Si es inconstitucional, se recurrirá", recetó Soraya Sáenz de Santamaría. Se le preguntó expresamente qué hará Moncloa si Mas no cumple: "Está hablando de una resolución de un tribunal, y es el tribunal al que le corresponde", escurrió el bulto.
Es lo que la propia vicepresidenta vino a denominar "firmeza sin palabras gruesas". Esto es, evitar un cuerpo a cuerpo con la Generalidad, porque "el Gobierno de España también lo es de todos los españoles".
"Cuánto más grande sea el equipo..."
Solventada la respuesta política, Rajoy siguió su guión: "España vive un momento de "dificultad" pero "se conduce con mano firme el volante de las reformas", afirmó, para tirar de optimismo y asegurar que "hemos dado la vuelva a los indicadores" y el rumbo ya es otro. "Ya hay realidades positivas, aunque es muchísimo el camino que queda por hacer".
Unas referencias económicas que entremezcló, constantemente, con alusiones a la unidad. "Somos un gran equipo, cuanto más grande sea ese equipo y más sea capaz de fijar el objetivo, seremos capaces de ser mejores", proclamó. Utilizó el sector de la automoción, tan importante en Cataluña, para recordar: "Miles de personas vinieron de otros lugares de España a buscarse aquí un porvenir. Pero no sólo encontraron empleo, enriquecieron esta tierra", lo que le permitió defender "la convivencia y la pluralidad de nuestro país".
Al fin y a la postre, y ésta fue su petición más clara, la "estabilidad" y la "confianza" son los "pilares" para sacar al país adelante y que las inversiones sigan llegando, y emplazó a mantenerlas. El objetivo de todos, para Rajoy, no es otro que devolver a España "a la primera línea de parrilla". En privado, tampoco hablaron de "soberanía", confirmó Artur Mas en conversación con los periodistas.
Precisamente, antes del presidente era él quien tomaba la palabra. Ni rastro hubo de su burla al Constitucional y, como ya ocurrió con la inauguración de la línea AVE a la frontera francesa, aprovechó su turno para pedir más dinero: "Necesitamos como el plan el corredor mediterráneo", reclamó. Rajoy le correspondió asegurando que intentará que dicha infraestructura esté este año. "Cataluña tiene en este momento, como muchos países de Europa, una situación complicada", ofreció el líder catalán como única perla.