El presidente del Gobierno fue muy duro en su análisis sobre la persecución que están sufriendo representantes públicos por parte de los colectivos en contra de los desahucios: "No es democrático ni justo ni de un país serio", sentenció en presencia de su homólogo francés, François Hollande.
"Acosar e intimidar es antidemocrático y cualquier persona debe decirlo y afirmarlo con claridad", se reafirmó Mariano Rajoy, que definió como "un valor básico" en democracia "respetar" a los demás aunque "no te gusten" sus posturas.
El jefe del gabinete, que vivió en primera persona una situación de extrema excepcionalidad en los días posteriores al atentado del 11-M, aseguró que no se quedará impasible ante los ataques vividos en las últimas horas: "Es profundamente antidemocrático y es mi obligación decirlo y actuar en consecuencia", dijo, en lo que se convierte en una seria advertencia a estos colectivos de presión.
Fuentes gubernamentales recalcaron que el Ejecutivo "va a velar por la protección de todos los españoles". Y si para ello es necesario el uso de la fuerza o efectuar detenciones "por supuesto se llevarán a cabo estas actuaciones", recalcó un portavoz autorizado.
En este sentido, Rajoy recordó que el suyo ha sido "el primer y único gobierno que ha tomado decisiones" para dar solución a los casos de desahucios extremos. Ahora bien, "hay que conciliar esta situación difícil con la seguridad jurídica", afirmó desde París. En ello insisten en constantes ocasiones desde el Gobierno. "Hay que buscar soluciones equilibradas", se encomendó el presidente, poniendo como epicentro de las negociaciones el Congreso de los Diputados, en el que reside la soberanía popular.