En suelo internacional, en el marco de una gira por América Latina de perfil exclusivamente económico, Mariano Rajoy tuvo que responder a la pregunta de si “se siente responsable” del escándalo Bárcenas en sus dos variantes. Por un lado, el hecho de que el que fuera su tesorero y hombre de confianza amansara 22 millones de euros en Suiza. Y por otro, y más grave, la posibilidad de pagos opacos a altos cargos de su formación. Si bien, el presidente se cuidó muy mucho de pisar el charco, y se limitó a la más previsible de las contestaciones.
Sobre la fortuna de Bárcenas, se declaró a la espera de lo que digan los tribunales. Y sobre la segunda de las cuestiones, cedió a Carmen Navarro, actual responsable de las cuentas de la formación, toda la responsabilidad. “Estaré a las conclusiones de esa comisión que hemos abierto. Queremos ser transparentes y que no haya dudas”, afirmó desde Santiago de Chile, ante su homólogo, Sebastián Piñera.
En conversación informal con periodistas, en el avión presidencial, Rajoy fue igual de cauto en el fondo, pero con la tranquilidad que da no tener las cámaras delante se explayó algo más. Si una idea quiso dejar clara, y así lo remachó, es que no va a hacer un desmentido tajante hasta que la investigación interna haya concluido. Esto es, hasta que las auditorías interna y externa estén encima de la mesa, y hasta que Navarro no hable con los dirigentes sobre los que ahora existen sospechas de cobros irregulares.
El hoy jefe del Gobierno destacó que él nunca ha estado en los asuntos de caja. Ni siquiera cuando, por un breve periodo, fue secretario general. Tampoco -asegura- dedicó un momento, por ejemplo, a las contrataciones relativas a la elaboración de un acto político, informa EFE. La tesorera “tiene manos libres”, insistió, solemnizando de que su orden es que llegue “hasta el final”.
Rajoy tuvo que responder por partida triple en apenas unas cuantas horas sobre el escándalo. En su propio avión, ante Piñera y, entre medias, en una entrevista en ABC Punto Radio. Y fue entonces cuando sus palabras provocaron más controversia. Le preguntaron sobre cuándo fue la última vez que había hablado con Bárcenas, hombre con el que mantenía un contacto directo y diario hasta 2009: “No me acuerdo”, se limitó a contestar.
“El señor Bárcenas tiene unas acusaciones. Estoy absolutamente convencido de que sus abogados ejercerán su defensa de la manera mejor para él y eso es que lógicamente lo que se espera. La Justicia actúa y cuando la Justicia actúa, los demás tenemos que respetar nos gusten o no sus declaraciones”, afirmó. Y de ahí no se movió: si finalmente va a prisión “lo tendrán que decidir los tribunales”.