Sábado 19 de enero. José María Aznar está en República Dominicana para dar una conferencia, en el marco de su ya conocida gira por América Latina. Allí recibe la noticia: El País, citando a fuentes del entorno de Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta, antiguos tesoreros del PP, le acusa de ser el cerebro del sistema de pagos irregulares. Más aún, de haberse estado beneficiando del mismo. Tanto el expresidente como su entorno se declaran de inmediato "indignados" ante tales "difamaciones", y ponen a trabajar al equipo jurídico. La información rápidamente se convierte en centro de comentarios en la Intermunicipal que la formación de la que es presidente de honor celebra en Almería.
Un día más tarde, el domingo, el responsable de la fundación FAES aterriza en Madrid con el convencimiento de que no podía permitir que esas "calumnias", según un portavoz de su equipo, quedaran sin ser contestadas. Durante toda la jornada del lunes, sus abogados estuvieron trabajando en el caso y perfilando la respuesta "contundente" que querían dar al rotativo de Prisa.
Así, tras el plácet de Aznar, este diario adelantaba el comunicado que, a lo largo de la tarde, hizo público la fundación que dirige:
El expresidente del Gobierno y presidente de honor del Partido Popular, José María Aznar, ha dado instrucciones a sus abogados para que se proceda a la presentación de una demanda de protección del derecho al honor contra el diario El País, por atribuirle en su publicación del sábado 19 de enero supuestas conductas y decisiones ilegales en la gestión económica del PP.
Asimismo, Aznar también ha ordenado a sus abogados el estudio de cuantas acciones legales procedan contra los responsables de imputaciones que atenten contra su honor.
Con esta acción judicial, el expresidente quiere dejar claro, inciden las fuentes, en que no va a permitir que se manche su nombre sin pruebas. De ahí que su equipo jurídico vaya a seguir atento por si tiene que tomar nuevas medidas. En el PP recuerdan la mano dura de Aznar para depurar responsabilidades en el caso Naseiro, que conllevó dimisiones de cargos de su confianza. Por ejemplo, Arturo Moreno, que ostentó el cargo de vicesecretario general.