José María Aznar situó a España ante un desafío de "magnitud" comparable a los acontecimientos de la intentona golpista del 23-F y el atentado terrorista del 11-M. Una situación "crítica" en Cataluña que necesita de "medidas excepcionales" por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. Y "hay gente agazapada a la espera", en relación al País Vasco.
El escenario que hoy se vive en Cataluña, iniciada la senda rupturista por parte de CiU y ERC, es "muy desagradable" y genera "desasosiego", en palabras del expresidente. En Es la Mañana de Federico de esRadio, se pronunció en los términos más contundentes hasta la fecha y llamó al Ejecutivo a tomar decisiones urgentes. Alto y claro: "Tienen que tomarse medidas excepcionales propias de una situación crítica", aseveró.
España está en juego, y de ahí que Aznar hiciese la petición de una "política nacional muy sólida que devuelva las aguas a los cauces de la legalidad". Un gran pacto en el que implicar a todas las formaciones constitucionalistas -PP, PSOE y UPyD- e, "incluso", a la jefatura del Estado. Una declaración conjunta a favor "de mantener la nación", teniendo claro que "la ley se tiene que aplicar con todas las consecuencias". Horas después de la entrevista, el expresidente incidía en la reunión del Patronato de la fundación que preside, FAES, para dar con más ahínco si cabe la "batalla de ideas" frente a socialistas y nacionalistas.
El acuerdo de legislatura del nacionalismo más escorado "agrava la deslealtad", ante lo que Rajoy tiene dos caminos que tomar, a juicio de Aznar. Primero, "salir del paso" con una batería de medidas jurídicas para "superar estas circunstancias". Esto es, acudir al Tribunal Constitucional para suspender la convocatoria ilegal, denunciar a Artur Mas ante la Justicia o, incluso, utilizar el artículo 155 de la Carta Magna.
Pero Aznar también habló de una carrera de fondo ante un desafío que vio su inicio en los años 2000-2001, cuando CiU ya avisó de que no aceptaba el estado autonómico y que "elegían el camino de la secesión". "Quien tiene radicalismo acaba en las manos de los más radicales, siempre ganan los más radicales", y de ahí que Mas "haya entregado la llave de Cataluña" a aquellos cuyo "historial de radicalismo en contra de la nación española es bien conocido".
La realidad, dijo Aznar, es que se pueden consumar "hechos irreversibles para la continuidad histórica de España", y de ahí que pidiera a Rajoy que se anticipase. "Al ser flagrantemente ilegal -la consulta-, es susceptible de ser impugnada jurídicamente" antes. "No hace falta llegar a la convocatoria ilegal para actuar", añadió.
El expresidente alertó de que los cargos de CiU afectados por casos de corrupción hacen uso del victimismo para esquivar el tiro utilizando "la respetable bandera catalana" y "ensuciarla". Y quiso dejar claro que, durante su mandato, no tuvo constancia de las presuntas tramas en las que se ve implicado Jordi Pujol, quien fuera su aliado político. "Si lo hubiese sabido, hubiese actuado en consecuencia", respondió.
"El modelo autonómico no es viable"
Yendo a la profundidad de los acontecimientos, Aznar abordó el modelo autonómico. Y fue muy franco: "Puede ser viable, pero en su actual descarrilamiento no es viable. En 2004, el estado autonómico se desbordó", lo que ha llevado a que hoy sea "inviable" e "infinanciable", y por ello tiene que "volver a ser encauzado en los términos constitucionales".
"Lo que no es posible es seguir una dinámica que no garantiza las funciones básicas de cohesión territorial, social y económica", amén de que a esto hay que sumar "el desafío de la secesión", retrató el presidente de honor del PP. Más claro todavía: España no sobrevivirá "sin una política nacional seria".
Pese a todo, pese a la gravedad de las circunstancias, Aznar se mostró seguro de que Rajoy "no va a aceptar la destrucción de España". Aunque también recalca que "no tiene tiempo que perder" en un contexto de "emergencia nacional" que requiere de un proyecto político "de recuperación" en todos los ámbitos. "No se pueden tapar los agujeros sino reconstruir un edificio", y en este sentido incluyó "un mensaje muy claro a la opinión pública" porque el país se enfrenta a una encrucijada histórica.
Con la confianza de que Rajoy andará "por el camino correcto", pero también evidenciando que en su opinión queda mucho por hacer, Aznar hizo una defensa de la clase política. O, mejor dicho, de los políticos de altura. "Los países se estropean cuando la política falla, y en España lleva fallando demasiado tiempo". El expresidente presentó el primer volumen de sus memorias; cuando vengan las segundas, se comprometió, "volveré con mucho gusto".