Ignacio González se estrenó en la Conferencia de Presidentes con una encendida defensa de la unidad de España frente a las "amenazas territoriales" escuchadas en las últimas fechas, motivo -a su juicio- de inestabilidad política y económica. A puerta cerrada, el líder madrileño fue el más claro de cuantos barones tomaron la palabra para exigir a Artur Mas, allí presente, que "aparque" sus reclamaciones con el objeto de la salir de la crisis que azota al país.
Durante la Conferencia de Presidentes tan sólo seis comunidades autónomas hablaron de la importancia de la unidad de España. Únicamente, Madrid, Aragón, Ceuta, Castilla-León, La Rioja y Extremadura hablaron sobre ello. Todas ellas del PP aunque faltaron igualmente regiones gobernadas por este partido.
Las palabras del presidente madrileño resonaron de inmediato en el Senado. De hecho, muchos mentaron a su antecesora, Esperanza Aguirre, y de cómo ella habría hecho prácticamente el mismo diagnóstico. González, que ya en su debate de investidura se envolvió en la insignia nacional, pidió una España "común, fuerte y unida, sin debates o amenazas territoriales y cumpliendo con los compromisos de déficit".
En línea con lo expresado por el propio Rajoy el pasado sábado en el País Vasco, el presidente de la Comunidad de Madrid habló de la unidad territorial como el marco de estabilidad necesaria para salir de la crisis económica: sin amenazas, dijo, se podrá lograr antes "la liquidez financiera que necesita España" por parte de la UE.
Para cumplir con el déficit, extremo al que se comprometió, González pidió seguir con la senda de reformas sin tener miedo a la "eliminación de duplicidades y excesos regulatorios y una mayor reducción del gasto público".