Inés Arrimadas y Albert Rivera han celebrado eufóricos la primera victoria electoral en votos y escaños sobre el nacionalismo de la historia de la democracia en Cataluña, que sin embargo es estéril frente a la mayoría absoluta que vuelven a sumar los independentistas.
La candidata de Ciudadanos y el líder de la formación han atravesado la Plaza de España de Barcelona desde el Hotel Catalonia, su cuartel general la noche electoral, hacia la Avenida María Cristina, donde se concentraban centenares de sus seguidores en un escenario preparado de antemano. Allí, Arrimadas ha asegurado que su victoria "deja más claro que la mayoría social de los catalanes está favor de la unión" y que, por ello, "nunca más podrán hablar en nombre de Cataluña".
Rivera pide un "proyecto de futuro"
Entre gritos de "presidenta", Arrimadas ha cedido la palabra a Rivera, quien en clave nacional ha asegurado que "España tiene que derrotar al nacionalismo en las urnas y tener un proyecto de futuro que ilusione a todos los españoles".
Unas palabras con las que, impulsado por el mayor éxito de la historia de su partido, se presenta como alternativa a los liderazgos nacionales, particularmente dañados en el caso del PP por su descalabro electoral, que le deja con tres escaños, la misma cifra con la que irrumpió Ciudadanos en 2006 en el Parlamento de Cataluña.