Mariano Rajoy defenderá este viernes en el Senado la aplicación del artículo 155 de la Constitución. "Tenemos que rescatar Cataluña", proclamó su número dos después de que Carles Puigdemont se resistiera a convocar elecciones. Si bien, hasta el último minuto, habrá margen de maniobra a pesar del último intento de chantaje. "Hasta mañana, la vida sigue", resumió uno de los colaboradores directos del presidente, tras una nueva jornada de infarto. En caso de un anuncio in extremis de elecciones, el Gobierno sopesa echar el freno, aunque no aclaró hasta qué extremos.
Oficialmente, Soraya Sáenz de Santamaría escenificó que el Gobierno sigue adelante en su intención de recuperar la legalidad en Cataluña a través del 155. La aplicación de dicho artículo, afirmó en la comisión de la Cámara Alta encargada de tramitar esta herramienta constitucional, "no es un retroceso del autogobierno. Es respetar la pluralidad y diversidad que tanto enriquece al país". "No supone el principio de un nuevo centralismo", expuso, con la voz bastante tocada. El 155 será "el principio del fin de la desobediencia de la ley y del abuso" del Gobierno catalán, resumió la vicepresidenta.
Fue un día de movimientos importantes. Para empezar, el Ejecutivo no negó una negociación soterrada "a través de terceros" con Puigdemont para tratar de reconducir la situación. Íñigo Urkullu y Miquel Iceta habrían sido protagonistas de esos contactos, según las fuentes consultadas. En el Parlament, Xavier García Albiol aireó las reclamaciones del lado independentista: desde la excarcelación de los responsables de ANC y Òmnium a la salida de la Policía Nacional y la Guardia Civil de Cataluña, según dijo. Fuentes de la Moncloa concedieron la posibilidad de, al menos, "modular" la aplicación del artículo 155 pero rechazaron las otras exigencias.
Públicamente, el Gobierno no hizo ningún gesto. Rajoy guardó silencio. La consigna era estar "callados" y esperar a que Puigdemont moviera ficha. Cuando arreciaron los rumores de elecciones anticipadas, se filtró la posibilidad de un 155 muy light pero sin parar la tramitación en el Senado. "Tampoco se pueden ir de rositas ni venir ahora pidiendo cosas inadmisibles", trasladó un alto cargo del PP.
Contactos con PSOE y Cs
El Ejecutivo mantuvo contactos al más alto nivel con Ferraz para tratar de mantener la unidad. El PSOE anunció una enmienda para la suspensión de la aplicación del 155 si hay elecciones y el PP, aunque con muchas reservas, no descartó por completo asumirla. La votación se producirá este viernes. "En principio votaremos en contra. Hay muchas más posibilidades de acuerdo con la enmienda deTV3", según los negociadores populares. Para el PSOE, sería un "guiño" claro para que Puigdemont reaccione aprobar el texto relativo a la suspensión del 155.
Ciudadanos no quedó al margen de estas negociaciones. Albert Rivera y Rajoy despacharon varias veces por teléfono y, desde el Parlamento catalán, Inés Arrimadas aseguró que Puigdemont todavía tiene una última oportunidad, emplazándole a convocar elecciones.
Dicho esto, el Ejecutivo mostró su decepción ante la declaración institucional del líder catalán y aclaró que, si nada cambia, habrá aplicación del 155. El relato de Santamaría en el Senado, arropada prácticamente por todo el gabinete gubernamental –no estuvo escuchándola María Dolores de Cospedal–, fue demoledor: "En contra de lo que prometían, no han traído la tierra prometida (…) No han encontrado ningún reconocimiento internacional en ningún rincón y eso que lo han buscado en los referentes más tristes", subrayó.
El Consejo de Ministros –que todavía no está convocado formalmente– podría celebrarse el viernes por la tarde tras la votación del Senado. La ejecución de las medidas, entre las que destacan la destitución de todo el Gobierno catalán, empezaría el sábado. "De momento, 155", en palabras de un alto cargo de Moncloa.