No hay, a pocos días de la probable declaración de independencia, "motivación jurídica" suficiente para aplicar el artículo 155 de la Constitución. Es lo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le ha transmitido en persona este viernes por la mañana, antes de la reunión del Consejo de Ministros, a Albert Rivera, quien había solicitado la entrevista para volver a pedirle, como ya hiciera el lunes después del 1-O, la aplicación de ese precepto de la Carta Magna, con el único objetivo de convocar inmediatamente elecciones anticipadas en Cataluña.
Según fuentes conocedoras del encuentro, Rivera trasladó a Rajoy que "ya casi no queda tiempo" para impedir esa declaración de independencia de Carles Puigdemont, pese a los matices que sobre la misma discute ahora mismo el Gobierno autonómico. La respuesta del jefe del Ejecutivo es que, de momento, no hay que mover ficha.
El lunes, en plena resaca de la consulta ilegal independentista, Rivera estuvo en Moncloa –como también estuvo Pedro Sánchez– y, entonces, el presidente le respondió que estaba "estudiando" la aplicación del 155, algo sobre lo que ironizó el líder de Ciudadanos ya el miércoles en un encuentro en La Razón. "No hay más que estudiar, el examen ya está aquí", afirmó. Además, lamentó la falta de liderazgo del Gobierno en contraposición a la, a su juicio, impecable intervención del rey Felipe.
La catarata de voces instando al presidente a actuar sin demora fue a más, incluyendo la de José María Aznar, muy distanciado con el presidente. Si bien, el presidente rompía su silencio el jueves a través de una entrevista en la agencia EFE para defender su manejo de los tiempos. "Haré lo que crea que deba hacer, lo que crea que sea mejor para España y en el momento que me parezca más oportuno", avisó. "Escucharé a todos, pero la decisión me corresponde a mí", remató el presidente.
Una "decisión" que, de momento, pasa por seguir esperando y no aplicar el 155, tal y como se desprendió de la comparecencia de Íñigo Méndez de Vigo al término del Consejo de Ministros. El mensaje oficial de Moncloa volvió a pasar por instar a Carles Puigdemont a que vuelva a la legalidad para empezar a reconstruir puentes. "El principal objetivo en estos momentos es que renuncie a la declaración de independencia", enfatizó un portavoz autorizado.
"Para dialogar hay que estar en la legalidad. Pido a los gobernantes que se salieron de la legalidad que vuelvan y se sitúen en el orden constitucional. Y dentro de ese respeto a la legalidad podemos hablar y dialogar", afirmó el portavoz del Ejecutivo, no sin remachar que, en caso de que el golpe continúe, Rajoy no descarta ninguna herramienta constitucional. A juicio del Gobierno, ese diálogo ha de comenzar en el Parlamento catalán, "donde se quebró en las jornadas del 6 y 7 de septiembre" cuando se aprobaron las leyes de desconexión.
"Hacemos un llamamiento a que el señor Puigdemont vuelva a la legalidad (...) Dentro de ese respeto a la legalidad podemos hablar, podemos dialogar", se reafirmó una vez más el portavoz de Rajoy.
En su despacho discreto, Rajoy y Rivera también abordaron la grave situación en las calles vivida esta semana y sobre las medidas a adoptar para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos ante el acoso de los separatistas a personas, comerciantes, trabajadores, funcionarios o políticos constitucionalistas. Cabe recordar que, durante el periodo de huelga en la comunidad, las sedes del PP y de Ciudadanos en Barcelona no se libraron del acoso de los independentistas.