El Ministerio del Interior está moviendo sus piezas policiales en las últimas horas. Finalizados los contratos con los hoteles en las provincias de Barcelona (Calella y Pineda del Mar) y Tarragona (Reus), donde se alojaban los agentes destinados en el despliegue para tratar de evitar el referéndum ilegal y una posible declaración de independencia por parte del Parlamento catalán, ha llegado el momento de buscar alternativas para mantenerles en la zona.
Un número importante de policías nacionales que pernoctaban en estos establecimientos está abandonando Cataluña con dos destinos: Zaragoza y Alicante. El objetivo, según han confirmado fuentes del Ministerio del Interior, es apoyar estos días, de "manera provisional", los despliegues que se realizan en estas ciudades como consecuencia de las fiestas del Pilar, en el primero de los casos, y del partido de la selección española de fútbol, en el segundo.
A su regreso del mismo, estos agentes se alojarán en hoteles situados en provincias limítrofes con Cataluña, según indicaron a Libertad Digital las mismas fuentes del departamento que dirige Juan Ignacio Zoido. Fuentes policiales especificaron que el alojamiento de estos agentes se realizará en las provincias de Huesca (franja oriental) y en Castellón (Peñiscola), y que posteriormente podrían desplazarse a instalaciones militares.
Precisamente, desde el miércoles, la Agrupación de Apoyo Logístico 41 del Ejército de Tierra está moviendo material desde su base principal, ubicada en Zaragoza (acuartelamiento de San Jorge) hasta la secundaria de Sant Boi de Llobregat (acuartelamiento Santa Eulalia) para crear nuevas zonas de vida. Se trata de literas, duchas portátiles, taquillas, cocinas o sistemas higiénicos, para alojar en los mismos a miembros de las Fuerzas de Seguridad.
Quienes sí se encuentran ya en las instalaciones militares de Sant Boi de Llobregat o Sant Climent de Sescebes (base General Álvarez de Castro del Regimiento de Infantería Arapiles 62) son agentes de la Guardia Civil. Allí se encuentran al menos 250 efectivos desde que el pasado 2 de octubre finalizó el contrato que se había firmado para su alojamiento con el Hotel Vila, en Calella, donde fueron acosados durante varias noches por grupos independentistas que se concentraban en las puertas del establecimiento.