Feroz resistencia de los diputados de la oposición en el Parlament de Cataluña. Las objeciones de Ciudadanos, PSC y PP han servido para amplificar los métodos golpistas de los grupos parlamentarios de Junts pel Sí y la CUP en la imposición de la ley del referéndum de autodeterminación. La mayoría parlamentaria, que no en votos, de los partidos separatistas forzó hasta extremos inéditos el reglamento de la propia cámara para sacar adelante sus planes secesionistas.
La interpretación del citado reglamento fue el campo de batalla en el que la oposición, con la notable contribución de la confluencia de izquierda Catalunya Sí que es Pot por boca del portavoz Joan Coscubiela, logró desmontar toda la retórica pretendidamente democrática de los nacionalistas.
Esperaban un paseo militar y se encontraron con bolsas de diputados emboscados que lograron forzar hasta cuatro reuniones de la Mesa de la cámara y de la junta de portavoces. El secretario general del Parlament, Xavier Muro, y el jefe de los servicios jurídicos, el letrado major Antoni Bayona, dieron un ejemplo de superlativa profesionalidad al advertir reiteradamente y por escrito al órgano rector del Parlament de que estaban desobedeciendo varias sentencias y resoluciones del Tribunal Constitucional, que tramitar las leyes era una ilegalidad y que su interpretación del reglamento parlamentario era un insulto a los procedimientos democráticos. Hasta el Consejo de Garantías Estatuarias emitió un documento en el que recuerda que una norma de esa naturaleza requiere del preceptivo informe de la entidad, aunque no sea vinculante.
Altos cargos con la ley
Los altos cargos y los funcionarios han sido los primeros en reaccionar y en rechazar la chapucera maniobra secesionista, la tramitación de una ley que anula el Estatuto y la Constitución mediante el arrasamiento de las más leves reglas parlamentarias. La ley se cursó sin ninguna de las garantías democráticas previstas en la legislación autonómica.
Con no pocas dificultades logró el bloque separatista llegar al debate sobre la ley del referéndum poco antes de la ocho de la noche, once horas después del comienzo de la jornada con la reunión de la Mesa que admitió a trámite la ley del referéndum. El objetivo de los independentistas era aprobar la ley en la primera jornada del pleno ordinario para dar pie al Govern a firmar de manera colegiada el decreto de convocatoria del referéndum, sea momentos, minutos u horas antes del recurso del Gobierno y la consecuente suspensión cautelar de los acuerdos secesionistas por parte del Tribunal Constitucional. Lo consiguieron por los pelos, sobre la campana.
Intervenciones finales
La portavoz de la CUP, Anna Gabriel, fue la primera en gastar el turno sobre la ley del referéndum y acusó a los diputados de la oposición de "pretender deslegitimar a la presidente del Parlament y a la cámara. Suerte que nosotros somos los antisistema", declaró la diputada. Lluís Coromines, portavoz de la cuota convergente de Junts pel Sí, reiteró los argumentos sobre la democracia directa de la conjunción separatista. El presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, volvió a prometer que el Gobierno evitará la consulta del 1-O. Lluís Rabell, de Catalunya Sí Que Es Pot, resumió que el primero de octubre no será la fecha de ningún referéndum con unas mínimas garantías. Luego cargó contra el PP y el Gobierno para dibujar un escenario de pacto en el que los ciudadanos catalanes puedan decidir "democráticamente" su futuro. Rabell agotó el turno de la izquierda común y podemita, a despecho del interés por expresar su opinión de los representantes de Podemos.
Datos de los ciudadanos
El presidente del PSC, Miquel Iceta, alertó de la fractura social y abogó por el desarrollo del Estatuto y la "recuperación de las competencias laminadas". Todo ello como fruto de una reforma constitucional que reconozca una España federal. Aprovechó el turno para anunciar su ausencia en la votación.
La jefa de la oposición, Inés Arrimadas, principió con ese anuncio. Ciudadanos no participará en la votación de la ley del referéndum. Agradeció a los letrados del Parlament su defensa de la legalidad, destacó la "clandestina" publicación de la ley en el boletín parlamentario y denunció la brutalidad procedimental del golpe. También reprochó a los separatistas el secretismo sobre el censo. Incidió en el uso de datos privados de los ciudadanos y en la designación de presidentes y vocales de las mesas por sorteo.
La cupera Anna Gabriel volvió a intervenir para ceder la palabra a los "compañeros" de Catalunya Sí que Es Pot, iniciativa que fue avalada por Junts pel Sí. El diputado del PP Santi Rodríguez abrió el turno de matices, siguió el "ciudadano" Carrizosa y luego le tocó al podemita Albano Dante Fachin, que abogó por votar el 1-O.
Forcadell intentó dar por acabado el debate a cinco minutos de las nueve y media de la noche. Los diputados de Ciudadanos, el PSC y el PP se levantaron de los escaños y abandonaron la sala de plenos. La republicana Marta Rovira pidió la palabra. Una cuestión de orden que irritó a Carme Forcadell, que mantiene unas notorias tensas relaciones con la susodicha. Forcadell volvió a confundir a Coscubiela con Carrizosa, séptima vez. Pedía el portavoz de Catalunya Sí que Es Pot una doble votación sobre el capítulo siete de la ley del referéndum, una formalidad. La diputada podemita Àngels Martínez retiró las banderas de España que habían dejado sobre sus escaños los diputados del PP. Forcadell la llamó al orden y dio comienzo a la votación de la enmienda de Germà Gordó, el extrañado del PDeCAT, que pedía votar sobre un estado "dentro de la unión europea" y no republicano.
A las 21:32 minutos del miércoles, la ley del referéndum era aprobada por 72 votos a favor, cero en contra y once abstenciones. Los diputados que permanecían en el hemiciclo comenzaron a cantar Els Segadors. Concluía una sesión parlamentaria "histórica". Al terminar, los diputados de Junts pel Sí y la CUP aplaudían, se daban la mano, abrazaban y besaban.
Firma de la convocatoria y pleno de madrugada
Conclusa la primera parte del apaño parlamentario, el gobierno catalán se recluyó en una sala para firmar el decreto de convocatoria del referéndum. Puede que por unas horas la ley que avala la consulta figure en el ordenamiento jurídico español. El Gobierno ha iniciado el trámite para suspender los acuerdos del parlamento regional, pero los dirigentes del proceso han ignorado leyes, reglamentos y requerimientos. Media hora antes de las medianoche, el Govern en pleno firmaba el decreto. No llegaron a tiempo de ningún telediario, pero lograron aprobar el aparataje "legal" de la consulta del 1-O.
Ya de madrugada, forzaron la inclusión en el orden del día de la elección de la Sindicatura Electoral (la Junta Electoral del referéndum) y la Ley de Transitoriedad, del día después de la consulta. De nuevo, la oposición expresó sus quejas ante una nueva violación del reglamento.
Finalmente, el debate y la votación de la Ley de Transitoriedad –la que se supone que será la norma superior Catalana tras la independencia y hasta la promulgación de una nueva constitución– ha quedado pospuesto cuando Forcadell ha suspendido el pleno cerca de las dos de la madrugada.