Pleno escoba en el parlamento catalán y todo listo para que en la segunda quincena de agosto, declarada hábil a efectos legislativos, Junts pel Sí y la CUP pasen de nuevo el rodillo para aprobar la ley del referéndum por el procedimiento urgente y abreviado de la lectura única. Para ello necesitaban un nuevo reglamento de la cámara, así como hacer caso omiso de las consideraciones del Consejo de Garantías Estatutarias sobre la inconveniencia de aprobar normas como la que regulará la consulta sin el pertinente proceso de debate con la oposición y obtener una mayoría más cualificada que la simple.
El frente separatista rechazó todas las enmiendas de los grupos de la oposición al nuevo reglamento y sacó adelante los cambios en el funcionamiento de la cámara tal como había previsto y tras un debate en el que Ciudadanos acusó a los separatistas de querer convertir la cámara en una asamblea populista, el PP censuró las purgas del ejecutivo de Puigdemont, el PSC denunció el atropello de los derechos de la oposición y Catalunya Sí Que Es Pot (CSQP) dudó de las garantías democráticas del referéndum dado que a falta de 66 días para el 1-O todavía no hay una ley que ampare la consulta.
"Norma suprema"
Con la reforma del reglamento de la cámara, Junts pel Sí y la CUP se garantizan no encontrar obstáculos formales que les impidan aprobar la ley del referéndum, en cuyo redactado se declara como "norma suprema". Según el texto, equiparado a un bando por la oposición, se "establece un régimen jurídico excepcional dirigido a regular y a garantizar el referéndum de autodeterminación de Cataluña. Por este motivo, prevalece jerárquicamente sobre todas aquellas normas con las que pueda entrar en conflicto, en tanto que regula el ejercicio de un derecho fundamental e inalienable del pueblo de Cataluña".
El Consejo de Garantías Estatutarias rechazó que una ley como la del referéndum se pudiera aprobar vía exprés y restringiendo la presentación de enmiendas ya que observaba que tal norma vulnera el Estatuto y la Constitución.