La portavoz del Govern y consejera de Presidencia, Neus Munté, es la pieza de mayor envergadura que se ha cobrado Oriol Junqueras en la purga acometida por Carles Puigdemont en el ejecutivo. Junto a Munté abandonan el gobierno regional el consejero de Interior, Jordi Jané, y la de Educación, Meritxell Ruiz.
En el caso de Munté, algunas fuentes apuntan a que su cese oculta la intención de preservarla como posible candidata convergente una vez pase el 1 de octubre. En cambio, la tibieza habría sido la causa de las destituciones de Jordi Jané y Meritxell Ruiz. El control de los Mossos es clave para la organización del referéndum, así como los institutos que dependen de la consejería de Educación.
A Munté la sustituye Jordi Turull, hasta ahora presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí. Turull tendrá la misión de explicar el referéndum y responder a las medidas políticas y judiciales que puedan oponer el Gobierno y los partidos no nacionalistas.
El departamento de Interior queda en manos de Joaquim Forn, portavoz convergente en el Ayuntamiento de Barcelona. Forn es uno de los fundadores del pinyol, el núcleo duro que articuló David Madí en torno a Oriol Pujol, la generación que debía dar el paso hacia el independentismo y que eran conocidos por el apodo colectivo de "los talibanes".
En cuanto al sustituto de Meritxell Ruiz se especula con el nombre de un independiente. Los ceses y ascensos provocarán movimientos de piezas en el grupo parlamentario de Junts pel Sí, que podría ser dirigido por Marta Pascal, la coordinadora general del PDeCAT.
A las once de la mañana está previsto que Carles Puigdemont haga oficiales ceses y nombramientos. Con esta crisis de gobierno, Puigdemont cumple con el requisito impuesto por Oriol Junqueras de "limpiar" el ejecutivo de tibios para asumir la coordinación del referéndum.