A los podemitas les está cayendo la del pulpo por no apoyar sin ambages ni titubeos el referéndum de octubre. Si Tardá ha montado en cólera contra Echenique por llamar "cajitas" a las urnas, la Generalidad ha arremetido contra los de Colau por llamarlo movilización y no referéndum.
La portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, ha acusado a Cataluña en Común, el partido de los comunes que lideran Xavier Domènech y Ada Colau, de tener un "problema de credibilidad" por considerar que la votación convocada para el 1 de octubre es una movilización y no un referéndum.
En la rueda de prensa posterior al Consejo Ejecutivo, ha argumentado que no es coherente que los comunes consideren que el 1-O es una movilización legítima, pero después no estén dispuestos a "reconocer" los resultados que las urnas arrojen sobre la independencia de Cataluña.
Pese a la críticas, ha sostenido que el Govern aspira aún a convencer a los comunes para que se sumen al 1-O y lo consideren un referéndum con plenas garantías: "La voluntad de sumar el máximo de gente alrededor del concepto del referéndum sigue siendo un objetivo del Govern".