Mariano Rajoy asestó un golpe inesperado a Pedro Sánchez y se reunió con Albert Rivera a las pocas horas de que se viera con Pablo Iglesias y antes de que éste estreche la mano al líder de Ciudadanos, cosa que ocurrirá este miércoles en el Congreso. Un encuentro "natural entre aliados" cerrado "desde hace días", según fuentes del entorno del presidente, en el que hablaron del futuro. En concreto, sobre el nuevo techo de gasto, después de que Ciudadanos haya exigido una bajada de impuestos para sentarse a negociar. "Ha ido bien", reconoció Rivera en el Congreso, donde trató de escapar de la prensa por todos los medios. No se veían a solas desde el pasado mes de enero.
La reunión, fuera de agenda, se celebró en Moncloa por espacio de más de dos horas. Un almuerzo en un clima "cordial" en el que los protagonistas, sin sus equipos, abordaron todos los temas de actualidad. Desde el Gobierno se citó la agenda internacional del presidente, la negociación sobre el Brexit o la lucha contra el terrorismo, con la petición expresa de Rivera de revisar, mejorar y convocar el pacto antiyihadista. Por supuesto, abordaron el contexto económico del país, lo que permitió a Rajoy sacar pecho y avanzar a su invitado que revisará al alza la previsión de crecimiento de la economía nacional "ante la pujanza del consumo privado y la inversión" así como "el despegue del sector de la construcción entre otros motivos".
Como plato principal, las conversaciones pendientes para que la legislatura continúe. Rivera quiere ya una bajada del IRPF y Rajoy le expuso las cifras sobre el techo de gasto y la deuda pública para el próximo año. El argumento de Ciudadanos, desarrollado por el propio Rivera en una rueda de prensa previa al encuentro –convocada por otro motivo–, es que la recuperación económica, de la que blasona el Ejecutivo, es lo que debe propiciar que no se posponga más el alivio fiscal a la clase media. Ninguna de las partes confirmó si hubo algún compromiso en dicho sentido.
El desafío secesionista en Cataluña también ocupó un capítulo destacado durante el almuerzo de trabajo. Ambos reiteraron que irán juntos en la defensa del orden constitucional. Además, según fuentes del Ejecutivo, constataron "el nuevo fracaso de la estrategia del Gobierno de la Generalitat al haber tenido que declarar desierto el concurso que se había convocado para la compra de urnas". Un portavoz del Ejecutivo rechazó aclarar si, en este punto, plantearon algún tipo de duda sobre la hoja de ruta de Sánchez.
"Hemos constatado que las relaciones están bien", zanjaron fuentes del entorno de Rajoy, a pesar de las tensiones vividas en los últimos meses, principalmente por los casos de corrupción que afectan al PP. En Moncloa, además, molestó sobremanera la posición de Ciudadanos sobre la estiba y Rafael Hernando se tiró varios días sugiriendo que, frente al partido naranja, el PNV es "un partido serio que cumple su palabra".
En paralelo, un día más, Moncloa no informó de ningún tipo de contacto entre Rajoy y el líder socialista. Este lunes, en el marco del Comité Ejecutivo del PP, el jefe del Ejecutivo solicitó a Sánchez una "relación normal", aunque la llamada sigue sin producirse. El equipo del presidente desvinculó la cita con Rivera de las reuniones que el socialista está manteniendo en el Congreso. "La comida estaba prevista desde hace días", afirmaron.