El presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont, ha sido abucheado este lunes al iniciar su intervención en el acto de homenaje en Barcelona a las víctimas del atentado de Hipercor, del que este lunes se cumple el 30 aniversario.
Los gritos de reproche de una parte de los asistentes, algunos de ellos como "Viva España" o "golpista", han interrumpido a Puigdemont cuando empezaba su discurso, lo que ha obligado a intervenir al presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), José Vargas, para pedir que se le permitiera continuar.
En declaraciones al programa En Casa de Herrero de esRadio ha contado el suceso y ha asegurado que no ha salido en defensa de nadie. "Respeto lo que dicen porque es libertad de expresión, pero era un acto de recuerdo a las víctimas del terrorismo y no un acto político", ha dicho Vargas. "He salido en defensa de la dignidad de las víctimas porque se nos quiere instrumentalizar", ha sentenciado.
José Vargas ha reconocido este lunes "ha sido un día intenso y doloroso para los que sufrimos aquella barbarie" y ha recordado que "las heridas cicatrizan pero las que no cicatrizan son las heridas psicológicas". "Yo hoy lo he pasado muy mal", ha asegurado.
El presidente de ACVOT ha lamentado que sigan saliendo terroristas de la cárcel sin cumplir ni un año por cada asesinato y se ha preguntado qué hubiera hecho el juez si ETA hubiera matado a un familiar suyo. "Que queden libres produce mucho dolor y mucha humillación a las víctimas", ha lamentado.
Antes del discurso de Puigdemont, habían intervenido en el acto el propio Vargas así como el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que han recibido aplausos.
Entre los asistentes al acto había el lehendakari Iñigo Urkullu, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, los consellers de Interior, Jordi Jané, y Justicia, Carles Mundó, así como dirigentes políticos como Jordi Turull (JxS), Inés Arrimadas (C's) y Xavier García Albiol (PP), además de mandos de la Guardia Civil, la Policía Nacional, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona.
El presidente de la ACVOT, José Vargas, ha denunciado en su discurso inicial que las víctimas se han sentido durante mucho tiempo "olvidadas" y ha lamentado que los que en su día "avalaron a los violentos" hoy están en las instituciones democráticas.
Tras la intervención de Vargas, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha dirigido a las 300 personas que habían acudido al acto para expresarles "humildemente" sus disculpas "por si el Ayuntamiento no siempre ha estado a la altura en el acompañamiento de las víctimas del peor atentado terrorista sufrido en Barcelona".
Colau ha mostrado su "profundo respeto" por la memoria de las víctimas y ha expresado el compromiso del consistorio que dirige desde hace dos años de "no olvidar nunca" y "reparar" a las víctimas si se han sentido abandonadas.
Tras la intervención de Colau, el presidente Carles Puigdemont se ha sumado a la autocrítica expresada por la alcaldesa de Barcelona y ha entonado un "mea culpa" porque "algunas veces, demasiadas", las instituciones no han estado "a la altura" y no han sabido "responder" a las necesidades de las víctimas, sin "empatizar" con ellas. Por este motivo, ha reconocido que las instituciones les deben a las víctimas un "abrazo perenne, que no caduca".
Puigdemont ha indicado en su discurso que pese a que la violencia de ETA ya ha sido superada, la amenaza del terrorismo sigue vigente, por lo que ha asegurado que es necesario que haya responsables políticos "a la altura" para garantizar la seguridad.
En este sentido, ha exclamado, ante el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, que la "cooperación" y la "unión de esfuerzos" por parte de los cuerpos de seguridad es "imprescindible".
Minutos antes, Zoido había afirmado que en España la Policía Nacional, la Guardia Civil, los Mossos d'Esquadra y la Ertzaintza se coordinan "de verdad" y tienen una gran "dedicación", como se demuestra a su juicio en las reuniones semanales de la Mesa de Evaluación de la amenaza terrorista.
Al finalizar el acto, estudiantes de la Escuela de Música Sis Cordes de Lloret de Mar han entonado el "Cant dels ocells" mientras familiares de las víctimas depositaban un ramo de flores al monumento erigido en la Avenida Meridiana, a escasos metros de donde hace 30 años ETA perpetró su mayor masacre.