No hay marcha atrás. La "oferta" de diálogo del presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, al Gobierno que preside Mariano Rajoy se ciñe al referéndum, fecha, pregunta y considerandos de la campaña, la aplicación del resultado y la proclamación del nuevo Estado catalán. El acto separatista en Madrid ha sido el primero de la campaña a favor de la independencia que oficialmente comenzará oficialmente el próximo 1 de junio. El referéndum es un hecho, "ineluctable" según dijo Puigdemont y sólo queda el anuncio de la fecha, con toda seguridad el primero de octubre, que cae en domingo.
El frente separatista formado por Convergencia, Esquerra y la CUP no tiene más remedio que seguir adelante y organizar, convocar y celebrar el referéndum de autodeterminación prometido por el gobierno regional en pleno. No aceptarán ningún movimiento de Moncloa que implique renunciar a la consulta, aunque sea para aprobar un concierto económico al gusto a cambio de aplazar durante una legislatura la autodeterminación si el resultado les resulta adverso.
Vía "institucional"
El acto de Puigdemont y Junqueras del martes en Madrid ha acabado este miércoles en Barcelona con el envío de una misiva "institucional" de la Generalidad a la Moncloa. Puigdemont ratifica su predisposición a acordar con el Gobierno los términos de un referéndum que se celebrará en cualquier caso y pase lo que pase. Se trata de provocar un acto del Estado para reponer la legalidad en Cataluña que facilite una coartada a los partidos separatistas para no celebrar el referéndum pero sí convocarlo. O, en su defecto, que el Gobierno acceda sobre la campana de una votación aceptar otra votación que otorgue al gobierno catalán un rango estatal.
La Generalidad ya ha activado la fase final del proceso. El Parlament está en manos de una débil mayoría en escaños, que no en votos, sostenida por los radicales de la CUP y en modo insubordinación. El Govern se escuda en los mandatos "democráticos" de la cámara catalana, que puede proclamar la independencia de Cataluña con menos votos (68) que los necesarios (90) para cambiar una electoral.
"Momento imprescindible"
La Constitución es papel mojado y también el Estatut. Los jóvenes de Convergencia se los saltan literalmente a la torera en un vídeo por la independencia difundido por el partido, que ahora se llama Partit Demócrata Europeu de Catalunya (PDeCAT).
Al tiempo, el presidente Puigdemont escribe a su "homólogo" Rajoy: "Ha llegado el momento imprescindible para que los dos gobiernos se puedan sentar en la mesa a dialogar". La Generalidad, alega el presidente autonómico, tiene "la máxima voluntad de buscar una solución política pactada y acordada que dé respuesta a la demanda de la ciudadanía de Cataluña de poder decidir su futuro". Y la administración autonómica dispone incluso de una propuesta parlamentaria para eliminar por ley a los jueces y a los medios independientes.
Reunión con Maza
El mismo día en que Puigdemont volvía a advertir sus intenciones de saltarse la ley, se reunía con el fiscal general del Estado, José Manuel Maza en el Palacio de la Generalidad. Según ha informado el consejero de Justicia, Carles Mundó, Puigdemont ha aprovechado para decirle a Maza que ven un "error" judicializar el proceso separatista. Maza, por su parte,le habría recordado la "obligación de la Fiscalía de cumplir las funciones que la ley le encomienda".
La reunión se ha prolongado hora y media y también han estado el propio Mundó, el fiscal superior de Cataluña, José María Romero de Tejada, y el fiscal de sala jefe de la Unidad de Apoyo, Francisco Moreno Carrasco. Maza estaba en Cataluña con motivo de la junta de fiscales superiores de comunidades.
Maza ha evitado hacer declaraciones a la llegada y salida del encuentro. Para evitar a la prensa, ha abandonado el edificio por una puerta lateral.