Este miércoles supimos que el director de La Razón, Francisco Marhuenda, y el presidente del periódico, Mauricio Casals, fueron imputados tras ser grabados por la Guardia Civil en sus conversaciones con su consejero delegado, Edmundo Rodríguez Sobrino, mientras intentaban presionar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, para evitar que ésta denunciara el desfalco llevado a cabo en el Canal y detectado por el nuevo Gobierno regional.
Detenido en el marco de la operación Lezo, Edmundo Rodríguez Sobrino es consejero delegado de Audiovisual Española 2000, la editora de La Razón, periódico que, como es bien sabino, pertenece al grupo Planeta. Como La Sexta, canal que presume de pedigrí periodístico, aunque no lo demuestre.
Así, el canal izquierdista de Atresmedia informó, tanto en su web como en programas como Al rojo vivo o Más vale tarde, de que Rodríguez Sobrino, "que sale en los papeles de Panamá, compró para el Canal de Isabel II la empresa brasileña Emissao".
Sin embargo, en ningún momento menciona que éste es, como ya hemos apuntado, consejero delegado de la editora del rotativo que dirige Marhuenda. Políticamente, Rodríguez Sobrino ha sido un hombre cercano al expresidente madrileño, Ignacio González; mediáticamente, a Mauricio Casals. De hecho, según informa El Español, controla el 23,9 por ciento de Audiovisual Española 2000 por medio de otra sociedad tenedora de acciones.
Sin embargo, ni Al rojo vivo, ni Más vale tarde ni los informativos de La Sexta apuntaron este dato, limitándose sólo a relacionar a Rodríguez Sobrino con los papeles de Panamá. "Más periodismo", que diría Ferreras.
En el programa de hoy, y encima muy indignado, García Ferreras ya se atrevió a dejar caer que Sobrino es consejero delegado de La Razón. En tono ofendido se reivindicó a sí mismo diciendo que ellos habían sacado lo de los papeles de Panamá y que sí habían informado de su detención. Pero obvió que se le olvidó mencionar ayer la vinculación del detenido con su grupo. Incluso tuvo la cara dura de poner el vídeo de ayer cuando informaba de la detención de Rodríguez Sobrino para demostrar que sí había dado la información... y que ocultó la vinculación con su grupo de comunicación.
García Ferreras, sin embargo, no quiso en esta ocasión emitir las transcripciones de la conversaciones entre Marhuenda, Casals y Sobrino en las que llamaban "zorra" y "puta" a Cifuentes y a su jefa de Gabinete. Normalmente, Ferreras suele ofrecer hasta la saciedad a sus espectadores las transcripciones de cualquier conversación, sobre todo las que afectan a la corrupción del PP. Esta vez no lo ha considerado de interés informativo.