Los paramédicos serán una realidad en las Fuerzas Armadas españolas. Así lo ha aprobado este viernes el Consejo de Ministros, introduciendo una figura que ya existe en ejércitos como los de Estados Unidos, Reino Unido o Israel. Habrá militares con la suficiente formación médica como para atender a sus compañeros heridos graves en lugares aislados o en situaciones hostiles, cuando los médicos militares no pueden llegar a la zona.
A estos militares se les dotará de una formación con tres niveles (básico, medio y avanzado) y se les instruirá para saber cómo actuar en situaciones específicas proporcionando asistencia, lo que favorecerá la supervivencia y posterior evacuación a las formaciones sanitarias de tratamiento en unos momentos que son realmente importantes y en los que no están presentes los equipos sanitarios de soporte vital avanzado.
El nivel de capacitación acreditado por el correspondiente certificado habilitará a estos paramedicos militares para actuar únicamente en escenarios operativos, en ausencia de personal facultativo o en apoyo del mismo, y de acuerdo con lo ratificado por España en las organizaciones internacionales de seguridad y defensa. Es decir, en ningún momento se utilizarán para sustituir el trabajo de los médicos militares.
La atención sanitaria en escenarios operativos se centrará en atender las lesiones que producen un mayor número de muertes en combate, como las hemorragias masivas, el neumotórax a tensión o la obstrucción de la vía aérea y las actuaciones que resulten indicadas en situaciones de aislamiento, en especial en ambiente hostil o de bajas masivas.
Estos paramédicos tendrán dependencia funcional de los oficiales del Cuerpo Militar de Sanidad de las especialidades fundamentales de medicina y enfermería, en el ejercicio de sus cometidos y apoyo a la atención sanitaria. La creación de esta figura no significará en ningún caso que los militares españoles dejen recibir los cursos de soporte vital básico que forman parte de la instrucción militar.