El Gobierno se vio en la obligación de anunciar el relevo de Federico Trillo al frente de la embajada en Londres tras la enorme polémica por el informe del Consejo de Estado sobre el accidente del Yak-42. Una decisión que "tocaba", según los portavoces oficiales de Moncloa, pero que se filtró ahora para rebajar la tensión política y tratar de dar por resuelta la crisis. "Será relevado en los próximos días o semanas junto con otros 70 embajadores", se informó oficialmente. En paralelo, María Dolores de Cospedal buscó el acercamiento a las víctimas, a las que convocó para un encuentro en Defensa la próxima semana.
Mariano Rajoy, de descanso en su tierra, avaló la decisión después de que asegurara que el dramático suceso "ocurrió hace muchísimos años" y "ya está substanciado judicialmente". Una respuesta que en absoluto contentó a la oposición, que en bloque reclamó que Trillo abandone sus responsabilidades públicas. Un clamor que también fue a más en el seno del propio PP, donde algunos de sus portavoces se negaron a dar la cara por el exministro. "Las cosas se hicieron mal" y el papel de Trillo "parece tener poca defensa", en palabras de un alto cargo de la formación. Pablo Casado, de hecho, se centró en arropar a las fuerzas armadas en una entrevista en La Sexta.
Tomada la decisión de precipitar la caída de Trillo, Cospedal rehusó ponerse de perfil y tomó dos decisiones importantes. Por un lado, se puso en contacto con el colectivo de víctimas y la próxima semana habrá una reunión para recabar sus reclamaciones y darles "el cariño que se merecen", según las fuentes consultadas. Además, la actual ministra de Defensa comparecerá "voluntariamente" en el Congreso -en concreto, en la comisión del ramo- para informar acerca del dictamen del Consejo de Estado, organismo consultivo que encabeza el histórico dirigente del PP Romay Beccaria. "En este tema, queremos hacer las cosas bien, aunque los tiempos no sean los de los medios, y evitar la demagogia", según fuentes del departamento.
Sin críticas públicas a Trillo
El Gobierno, en todo caso, quiso poner el acento en que el relevo se iba a producir con independencia de la polémica desatada. De hecho, precisaron, la decisión llega con retraso tras un año en el que el Ejecutivo ha estado en funciones. "El departamento de Dastis ya estaba trabajando en este sentido y habrá cambios en 70 embajadas", recalcaron. Ni Rajoy ni ningún portavoz del PP quiso reprobar públicamente la actitud de Trillo, aunque en privado sí se le haya criticado.
Cabe recordar el papel clave que, durante años y con Rajoy ya al frente de Génova, tuvo Trillo en el partido, hasta el punto de extenderse la teoría de que "hay quienes le tienen miedo" por la importante información que maneja. Con el PP en la oposición, fue el responsable del área de Justicia y uno de los hombres fuertes del presidente en la comunidad Valenciana. Dirigió, por ejemplo, toda la estrategia relativa a la trama Gürtel. "No hay que descartar que se le acabe colocando en Madrid", se sugirió oficiosamente, no sin precisar que "curiosamente" ya es letrado del Consejo de Estado.
Trillo recibió la noticia de Moncloa en Cartagena, donde tiene su residencia de veraneo, pero no quiso hacer declaraciones públicas. Para el Ejecutivo y el PP, la crisis -"Que ha ido a más porque estamos en plenas fiestas de Navidad"- ha quedado resuelta. Si bien, en Génova también hubo quién encontró una lectura en clave interna de todo lo sucedido: "La filtración del informe del Consejo de Estado ha podido salir de vicepresidencia -esto es, de Soraya Sáenz de Santamaría- para desgastar a Cospedal en un momento en el que lucha para mantener la secretaria general del PP".