"No volem passaport espanyol", traducido al castellano significa "no queremos pasaporte español". Entre aplausos, gestos de victoria, banderas esteladas y pancartas con su fotografía y consignas del tipo "Sin miedo. Ni un paso atrás", Joan Coma ha escuchado esa frase de un miembro de la comitiva separatista que le esperaba enfrente de la Audiencia Nacional. Se refería a la única medida cautelar adoptada por el magistrado Ismael Moreno que le investiga por un presunto delito de incitación a la sedición. Su reacción, una carcajada que ha resonado por encima del homenaje, es otra prueba de la poca importancia que dan a los tribunales y la vitola de héroes con que salen de ellos.
Como buen miembro de la CUP, este concejal del Ayuntamiento de Vic ha reproducido los mismos argumentos que los antisistema vienen planteando desde hace años. Lo ha hecho en la sala de interrogatorios y después ante las alrededor de 70 personas que le han acompañado, entre ellas, destacados miembros de la CUP como David Fernández o Anna Gabriel, familiares y amigos. Aunque este miércoles ha ido más allá en el afán de imponer su criterio sobre el resto de los ciudadanos: "Esto no va solo de si el pueblo catalán decide o no su futuro. Va de que todos los pueblos de España tienen que movilizarse de una vez por todas para terminar con la regresión antidemocrática que está viviendo el Estado".
Los Mossos detuvieron este martes a Coma no por la imputación, sino porque no atendió a la primera citación del magistrado. Los hechos giran en torno al pleno municipal del 9 de diciembre de 2015. Aquel día impulsó una moción de apoyo a las resoluciones separatistas del Parlamento de Cataluña e incitó a desobedecer a los tribunales: "Desobediencia es lo que venimos reclamando desde hace tiempo. Nosotros siempre hemos dicho que para hacer una tortilla habrá que romper los huevos". La Fiscalía le ha preguntado si la tortilla representaba el Estado o las leyes y si romper los huevos significaba utilizar violencia o una estrategia de ruptura. Según su abogado, el diputado catalán Benet Salellas, ha reivindicado "su convencimiento de que la desobediencia civil ha sido siempre un instrumento útil para el cambio social, democrático y democratizador".
La "lógica desobediente"
Sin el uso de la violencia, ha añadido Joan Coma, "seguiremos aplicando nuestra lógica desobediente". En este punto, el concejal de Vic ha hecho su particular defensa de una libertad de expresión sin límites: "Estamos en una situación de injusticia flagrante, de otra época. Aquí hay gente que no ha cambiado, ya no de siglo sino de etapa. Si el Estado español ya no hizo una transición correcta lo que está haciendo ahora es ir para atrás". Ha descontado que obtendrán el derecho de autodeterminación porque son "testarudos". Y que después trabajará sin descanso "por la independencia de los Países Catalanes".
El investigado lanzaba dos preguntas: "¿Qué es eso de defender la unidad de España en un juzgado encerrando a un cargo electo? ¿Es eso lo que quieren los pueblos de España, este tipo de Estado?". Para después desplegar el ideario que ha construido después de hablar con "mucha gente más allá del Ebro", como se ha referido al resto de los ciudadanos: "Tampoco he visto hoy a la Unión Europea defendiendo los derechos de los cargos electos dentro de vuestras instituciones. Estamos jugando a vuestro juego y nos metéis en la Audiencia Nacional".
La segunda parte de la declaración de Joan Coma se ha centrado en los motivos por los que compareció cuando el juez le citó el pasado 24 de octubre. Tal y como ha detallado su abogado, el fiscal le ha preguntado si el problema es que no reconocía la autoridad de los tribunales españoles. Efectivamente, el miembro de la CUP ha sostenido que tampoco reconocía "ni a los franceses, ni a los europeos, ni a ninguno si eran tribunales que no reconocían previamente los derechos políticos. Y que en esta causa se habían pisoteado los derechos políticos". En la misma línea, el exdiputado antisistema David Fernández ha calificado a la Audiencia Nacional de "tribunal de excepción" para añadir que "esto es propio de regímenes represivos y autoritarios y de un Estado neuróticamente obsesionado con la unidad de España".
La causa permanece abierta y en ella se investigan también otras salidas de tono como el llamamiento a los Mossos para que desoyeran las órdenes de los jueces. Coma deberá comparecer cuantas veces sea llamado por Ismael Moreno, aunque ha avisado de que no lo hará.